Programa
WOLFGANG AMADEUS MOZART: Cuarteto de cuerda n. 15 en re m, KV 421 (1783) 27′
FRANZ SCHUBERT: Quinteto de cuerda en Do, D 956, op. posth. 163 (1828) 48′
Dos meses antes de morir, Schubert escribió a su editor para ofrecerle unas sonatas para piano, el ciclo de canciones El canto del cisne y un quinteto para cuerdas. La respuesta de Probst fue reclamar más canciones e ignorar completamente el extraordinario Quinteto para cuerdas, la última obra de cámara —y la única para esta formación instrumental— del compositor vienés. Schubert añade al cuarteto clásico un segundo violonchelo, en lugar de una segunda viola, un recurso que también había utilizado Luigi Boccherini. La intensidad emocional y dramática contrasta con el brillo de la tonalidad general de do mayor, que se ha atribuido a un gesto de homenaje a los admirados Mozart y Beethoven, autores de quintetos de cuerda en la misma tonalidad.
Mozart, a su vez, veneraba musicalmente y apreciaba personalmente al gran Joseph Haydn, que a finales del siglo xviii era el compositor más famoso de una Europa que hervía en el trasiego de la Revolución Industrial. Los seis “Cuartetos rusos”, op. 33, de Haydn, impresionaron profundamente a un Mozart ajetreado entre hijos y recitales de piano, que asumió el reto de componer seis cuartetos como respuesta musical de admiración y homenaje al amigo y maestro. El Cuarteto n. 15 es el segundo y único en tonalidad menor.
Intérpretes
Cuarteto Casals
Santiago Cañón, violonchelo