FREDERIC MOMPOU
(Barcelona, España 1893 – 1987)
Cinc cançons
Federico MOMPOU © Ed. SALABERT
Orquestración de Albert Guinovart, encargo de L’Auditori – 1.ª audición – 15’
Damunt de tu només les flors
Jo et pressentia com la mar
Pastoral
Cançó de la fira
Aureana do Sil
Núria Rial, soprano
GEORGE GERSHWIN
(Brooklyn, Estados Unidos 1898 – Beverly Hills, Estados Unidos 1937)
Rhapsody in Blue
(1924) – 15’
Lucas Debargue, piano
PAUSA 20’
MAURICE RAVEL
(Ciboure, Francia 1875 – París, Francia 1937)
Daphnis et Chloé
SiNfonÍa coreogrÁfica
(1909-1912) – 50’
Orfeó Català
ORQUESTRA SIMFÒNICA DE BARCELONA I NACIONAL DE CATALUNYA
núria rial, soprano
lucas debargue, piano
orfeó català (pablo larraz, dirección)
LUDOVIC MORLOT, dirección
PRIMEROS VIOLINES Vlad Stanculeasa, concertino / Jaha Lee, concertino asociada / Paula Banciu / Sarah Bels / Walter Ebenberger / Ana Galán / Zabdiel Hernández / Lev Mikhailovskii / Katia Novell / Ivan Percevic / Pilar Pérez / Ícar Solé / Pau Andreu* / Matthias Emmerink* / Daniel Gil* / Eva Ortells* · SEGUNDOS VIOLINES Alexandra Presaizen, solista / Emil Bolozan, asistente / Patricia Bronisz / Clàudia Farrés / Alzy kim / Mireia Llorens / Octavi Martínez / Melita Murgea / Laura Pastor / Robert Tomàs / Antònia Escalas* / Helena Muñoz* / Eugènia Ostas* / Francesc Puche* · VIOLAS Milena Simovic*, solista invitada / Rocío Gómez*, asistente invitada / Noemí Fúnez, asistente / Christine De Lacoste / David Derrico / Josephine Fitzpatrick / Franck Heudiard / Sophie Lasnet / Miquel Serrahima / Andreas Süssmayr / Adrià Trulls / Johan Rondón* · VIOLONCHELOS José Mor, solista / Blai Bosser, asistente / Lourdes Duñó / Vincent Ellegiers / Marc Galobardes / Lluc Pascual / Jean-Baptiste Texier / Yoobin Chung* / Míriam Jiménez* / Queralt Rodríguez* · CONTRABAJOS Luís Cabrera, solista / Christoph Rahn, solista / Jonathan Camps / Aposyol Kosev / Josep Mensa / Matthew Nelson / Anna Grau* / Nenad Jovic* · FLAUTAS Francisco López, solista / Beatriz Cambrils / Christian Farroni, asistente / Ricardo Borrull, flautín · OBOES Rafael Muñoz, solista / José Juan Pardo / Dolors Chiralt, asistente / Disa English, corno inglés · CLARINETES Pedro Franco, solista / Francesc Navarro / Alfons Reverté, clarinet baix / Francisco Rodríguez*, clarinet en mi b · FAGOTS Silvia Coricelli, solista / Noé Cantú / Thomas Greaves, assistent / Steven Braunstein*, contrafagot · TROMPES Juan Manuel Gómez, solista / Joan Aragó / Juan Conrado García, asistente de solista / Pablo Marzal, asistente / Artur Jorge · TROMPETAS Mireia Farrés, solista / Adrián Moscardó/ Ángel Serrano, asistente / Andreu Moros · TROMBONES Gaspar Montesinos, asistente / Víctor Fluixà* / Raúl García, trombón bajo · TUBA Daniel Martínez · TIMBALAS Marc Aixa*, solista invitado · PERCUSIÓN Joan Marc Pino, solista / Juan Francisco Ruiz / Ignasi Vila / Vicent Catalán* / Eloi Gomà* / Miquel Àngel Martínez* / Iván Mesas* / Lola Olmo* / Diego Sáenz · ARPA Magdalena Barrera, solista / Esther Pinyol* · CELESTA Rodrigo de Vera* · SAXO ALTO Nacho Gascón* / Marta Cid* · SAXO TENOR Ismael Arroyo* · BANJO José Ramon Madrid*
ENCARGADO DE ORQUESTA Walter Ebenberger
RESPONSABLE DE DOCUMENTACIÓN MUSICAL Begoña Pérez
RESPONSABLE TÉCNICO Ignasi Valero
PERSONAL DE ESCENA Luis Hernández*
*Colaborador/a
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por Eva Sandoval
La flor de la tierra
“La música es la flor misma de la tierra; por muy humilde que pueda ser, tanto más se apoya en el suelo nutricio, y por muy grande que sea, es de allí de donde bebe la savia más fecunda”. Jean Aubry: La musique et les nations, 1922.
En la obra de Frederic Mompou (1893-1987) pervive la influencia francesa junto al ambiente sonoro de la Barcelona en la que nació. Tras una década marcada por los conflictos bélicos y por la sequía creativa, el músico retomó su actividad en 1942, recién instalado en la capital condal tras su periplo parisino. El renovado interés por el canto y la poesía catalana se ponen de manifiesto en ciclos como el Combat del somni (La lucha contra el sueño) (1942-1951) sobre poemas de la colección homónima de su querido amigo Josep Janés. La primera pieza, Damunt de tu, només les flors (Sólo las flores sobre ti) (1942), está considerada como su melodía más popular. El dolor del poeta por la muerte de su amada se transforma en nostálgicos perfiles descendentes que desarrollan un viaje modulante. En la tercera canción del ciclo, Jo et pressentia com la mar (Te presentía como el mar) (1948), un tema agitado y quebrado se despliega sobre un acompañamiento que evoca deliberadamente el oleaje y la inmensidad del océano.
Pastoral (1945) está escrita sobre versos en castellano de Juan Ramón Jiménez. Los paralelismos entre los anhelos del poeta y los elementos de la naturaleza quedan reflejados en una intimista y expresiva melodía conducida por la imitación de los rasgueos de la guitarra. Para Cançó de la fira (Canción de la feria) (1949), Mompou se sirvió del poema homónimo de Tomàs Garcés. Lo convirtió en un “Allegro ritmico” que describe las pequeñas maravillas de una fiesta popular combinando exaltación y melancolía. Los versos en gallego de Ramón Cabanillas constituyen el soporte textual de Aureana do Sil (Aureana del Sil)(1951). El compositor musicaliza este canto de amor con una melodía angulosa acompañada por acordes etéreos y coloristas, cercanos al jazz, en un balanceante ritmo ternario que simula la corriente de agua y el movimiento de los platos de las buscadoras de oro. La orquestación que el reconocido compositor y pianista catalán Albert Guinovart nos propone de estas piezas respeta escrupulosamente las partituras originales. En la plantilla escogida destaca el papel de la percusión y el arpa. “He intentado trasladar a la orquesta el efecto sonoro que Mompou quería transmitir con el piano”, afirma Guinovart.
También para George Gershwin (1898-1937) fue crucial la simbiosis entre la música culta europea y el sustrato popular de su Brooklyn natal. La primera composición de envergadura en la que consiguió combinar con fluidez la clásica y el jazz fue su archiconocida Rhapsody in Blue (1924). El director y violinista Paul Whiteman, gran defensor del lenguaje jazzístico, encargó a Gershwin una obra con piano solista y amplia banda de jazz para un concierto titulado “Un experimento con música moderna”, que se celebraría el 12 de febrero de 1924 en el Aeolian Hall de Nueva York. El autor, de 25 años, olvidó el encargo hasta que leyó por casualidad un anuncio de su nueva obra en la prensa, por lo que se vio obligado a escribir la pieza en apenas tres semanas. Aun así, el estreno fue todo un éxito. Entre el público se encontraban personalidades como Leopold Stokowski, Jascha Heifetz, Fritz Kreisler e incluso Serguéi Rajmáninov, que vieron en Gershwin al creador de una música auténticamente estadounidense. En 1926, Ferde Grofé (quien ya había escrito la instrumentación original) realizó la versión para piano y orquesta sinfónica que se ha impuesto en los escenarios.
Desde el elegante y sugerente glissando inicial del clarinete (a la manera de la música klezmer tradicional judía) y su lánguido discurrir posterior plagado de trinos, Gershwin nos propone “una especie de caleidoscopio musical de Estados Unidos: de nuestro vasto crisol, de nuestro carácter nacional único, de nuestra locura metropolitana”. Juega con tres temas principales: una melodía oscilante emparentada con el blues, una suerte de descarada marcha callejera y un material lírico y romántico desarrollado por las cuerdas.La incesante pulsión rítmica sincopada, las armonías propias del blues y el jazz, los wah-wah de los metales y el virtuosismo juguetón del solista caracterizan este vitalista diálogo entre el piano y la orquesta.
El mundo de la Antigüedad cautivó a los protagonistas del impresionismo musical francés. Ese es el caso de Maurice Ravel (1875-1937), quien se sirvió del romance pastoril atribuido al autor griego Longo (s. III d.C.) para escribir su ballet o “sinfonía coreográfica en tres partes” Daphnis et Chloé (1909-1912). El compositor elaboró la obra como resultado de un encargo del empresario de los Ballets Rusos Serguéi Diáguilev. Fue estrenada en el Théâtre du Châtelet de París el 8 de junio de 1912 con coreografía de Michel Fokine, escenografía de Léon Bakst y los estelares Vátslav Nizhinski y Tamara Karsávina como bailarines principales. La historia nos cuenta la relación entre un cabrero y una pastora, Dafnis y Cloé, que conviven juntos desde niños, se enamoran y, tras distintas peripecias amorosas, contraen matrimonio en una intensa bacanal. Ravel utilizó la orquesta más amplia de todo su catálogo, en la que destaca el nutrido set de percusión (que incluye crótalos, castañuelas, pandereta, glockenspiel, triángulo, xilófono o máquina de viento), el clarinete bajo, el contrafagot, la celesta, las dos arpas y las cuerdas en divisi. Además, se requiere un coro a cuatro partes que interpreta sensuales vocalizaciones.
“Mi intención era componer un vasto fresco musical, menos preocupado por el arcaísmo que por serle fiel a la Grecia de mis sueños, que se parece mucho a la que imaginaron y pintaron los artistas franceses de finales del s. XVIII”, afirmó Ravel. “La obra está construida sinfónicamente según un régimen tonal muy riguroso, mediante un pequeño número de motivos cuyos desarrollos garantizan la homogeneidad sinfónica de la obra”. El compositor utiliza cinco temas esenciales: el de apertura, la llamada de la naturaleza, el amoroso motivo de Dafnis, el gracioso vals de Cloé y los diseños amenazantes para los piratas. Una de las secciones más destacadas es el “Amanecer” que abre la tercera parte. Ravel nos muestra aquí su maestría como orquestador cuando, junto a los revoloteos de arpas, flautas y clarinetes, el tema surge lentamente de las profundidades de la orquesta hasta un brillante clímax. La dinámica de la sección de cuerda crece de forma gradual retirando una a una las sordinas desde los primeros atriles, lo que produce un efecto sonoro de lo más evocador. Esta obra magistral se ha convertido en una de las páginas más innovadoras y originales de la historia de la música.