CONLON NANCARROW
(Arkansas, Estados Unidos 1912 – Ciudad de México, México 1997)
Study for Player Piano, n.º 21 (Canon X)
(1961-65)
En esta obra se tocará la pianola R. S. Howard que forma parte de la colección del Museu de la Música.
CONTAINER ENSEMBLE
SPäT
para EMS Synthi AKS
Estreno absoluto – (2023-24)
El EMS Synthi AKS (MDMB 1677) es un instrumento de la colección del Museu de la Música restaurado el 2022 para uso musical. SPät es el resultado de la residencia artística de Container Ensemble al Museu de la Música, realizada entre el otoño de 2023 y la primavera de 2024.
MARIANTHI PAPALEXANDRI-ALEXANDRI
(Ptolemais, Grecia 1974)
Duo for Motor and Sound Panels
(2016)
CONLON NANCARROW
Study for Player Piano, n.º 25
(1961-65)
SVETLANA MARAŠ (1985) Y CONTAINER ENSEMBLE
Table Book
(2023)
NICOLLAS COLLINS
(Nueva York, Estados Unidos 1954)
In Memoriam Michel Waisvisz
(2009)
La duración aproximada del concierto es de 60 minutos
CONTAINER ENSEMBLE
Haize Lizarazu / Roberto Maqueda / Carlota Cáceres / Chris Moy
Pep Domènech, pianolista invitado
Anxe Faraldo, ingeniero de sonido
Haize Lizarazu y Roberto Maqueda, producción y dirección artística
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por Ismael G. Cabral
¿Qué es un concierto?
La premisa con la que nació el Ensemble Container fue la de cuestionarse todos los aspectos que caracterizan un concierto. En seguida llegarían otros posicionamientos: la apuesta por las compositoras, por la nueva generación de creadores y, desde luego, casi como punto de partida, por la hibridación entre lo electrónico y lo acústico. Pero lo que acabaría caracterizando el grupo y, seguramente, manteniendo más firme su apuesta en el tiempo, fue el afán de repensar la liturgia del concierto. Porque también en la escucha compartida de la música actual se habitúa a generar un marco clásico, desde lo más puramente formal (indumentaria, pausas, aplausos…) hasta lo sustancial (las músicas que emanan del papel pautado y cómo estas se ejecutan ante el público).
Ahora bien, ¿cómo presentar una obra como Table Book, de Svetlana Maraš? Los ejecutantes se sitúan ante un “libro de mesa” electrónico que es, a su vez, la partitura. Este se divide en cuatro secciones para los músicos y una sección automatizada en el centro. Table book es entonces muchas cosas: un punto de partida con consecuencias variables, también un objeto escultórico y, en su activación, una performance que sucede de manera hiperconcentrada y que, idealmente, debe seguirse a través de una pantalla que registra en vivo lo que allí suceda. Hay más, las partes individuales de la partitura van rotando de forma diferente en un solo papel, por lo que Maraš impone un trabajo colaborativo para reflejar el poder de hacer música en comunidad frente al aislamiento del atril. Resulta extraordinario que, al final, de la mano de este artefacto tecnológico la reivindicación sea hermosamente idéntica a la de cuatro músicos de cuerda que, por poner, se sentasen juntos a tocar Haydn. Otra pretensión –no distante tampoco de la pieza comentada– es la devoción por una artesanía vintage que deviene en aparatos electrónicos que han de ser tocados y activados y cuya posibilidad de error no está lejos de la traición que pueda causarle a un solista una sencilla flauta dulce al no cerrar bien uno de sus orificios. El sintetizador modular AKS apareció en 1972 con un teclado y un secuenciador incorporado; hoy este cacharro es adorado y regresado a la vida de entre los muertos por deseo de una pléyade de artistas sonoros. SPäT es un estreno y es la fórmula colectiva que ha elegido Container Ensemble (que se arroga para el conjunto la autoría) para mostrar este artilugio y compartir su encantadora y alucinante sonoridad low-fi con los presentes.
Al igual que la mayoría de los compositores hoy convocados, Conlon Nancarrow decidió que ningún pianista podía hacer frente a sus ingenios, llenos de burbujeantes ritmos y de desaforadas complejidades. Necesitaba una máquina y la encontró en la pianola. Hombre y cacharro escribieron así una de las páginas más extravagantes, también más bellas, de la historia de la música contemporánea. Su Study for Player Piano n.º 21 (Canon X)se basa en dos tipos de principios de aceleración: uno de tono imperceptible y otro de tiempo; oiremos una melodía de 54 notas que se acelera con cada repetición, perdiendo en cada una de ellas una nota, acortándose sucesivamente. Por su lado, Study for Player Piano n.º 25 encierra en sí mismo un tratado de pianola cargado de glissandos, arpegios, vertiginosos ritmos en zigzag y un final de torrencial aguacero: 1028 notas en 12 segundos.
Otro mundo estético radicalmente diferente es el de Marianthi Papalexandri-Alexandri en su Duo for Motor and Sound Panels, cercano a las tensiones vibratorias de un Alvin Lucier, diametralmente lejano del inimitable Nancarrow. En esta instalación performativa se indaga sobre la fricción y el sonido en el espacio; exige una escucha atenta y muy dispuesta para ser partícipes de la construcción del sonido en un espacio que adquiere cariz de lienzo. Hay también una sobria coreografía; una rueda con resina de movimiento lento produce sonidos mientras los intérpretes giran alrededor del mecanismo asidos a un hilo. Ellos serán entonces parte del engranaje, habrán de cumplir unas instrucciones y esquivar el error…, ¿les parece eso un reto tan lejano al de cualquier otro músico? Finalmente, en In Memoriam Michel Waisvisz, Nicolas Collins utiliza el parpadeo de una vela para controlar la sintonización de cuatro osciladores. Así, nada más y nada menos.
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