CONCIERTO DE HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DE LA DANA

De repente, la vida nos recuerda lo frágiles que somos. Sin embargo, las dificultades hacen germinar los rasgos que definen la naturaleza del ser humano. La semana pasada, una escalofriante DANA nos rodeaba de dolor y rabia, con cientos de vidas perdidas, con un gran número de desaparecidos, con vidas rotas y sueños ahogados por el barro. En la Banda Municipal de Barcelona contamos con un 60 % de músicos valencianos. Algunos de ellos son de las localidades afectadas por la catástrofe. Tenemos amigos, familiares y conocidos que han visto cómo, de repente, su realidad vital ha sufrido un cambio radical que les ha empapado el alma de tristeza y desesperación. Desde L’Auditori de Barcelona no queríamos olvidarnos de los miles de personas que ahora necesitan el apoyo de todos para construir de nuevo una vida digna. Este domingo 10 de noviembre, y para concluir el concierto que la Banda Municipal de Barcelona tiene programado dentro de la Temporada 24/25, hemos decidido añadir una obra al programa: el conocido pasodoble Lo cant del valencià, escrito en 1914 por el compositor nacido en Requena Pedro Sosa (1887-1953). Para interpretarlo contaremos con alumnos de la ESMUC y con compañeros de la OBC, que se sumarán a la Banda Municipal para hacer de estas partituras una especie de grito de esperanza para el pueblo valenciano. Además, la recaudación del concierto se destinará a las familias afectadas, a través del Fondo de Ayuda creado por el Ayuntamiento de Barcelona. Queremos estar al lado de aquellos que están viviendo, tal vez, los peores días de sus vidas, para decirles que no están solos. La música consiste en esto: en unir diferentes herramientas y emociones diversas en un objetivo común que nace para ser compartido. Acompáñanos ese día para construir un rato de calor que abrace a la gente que nos necesita.

KURT WEILL
(Dessau, Alemania 1900 – Nueva York, Estados Unidos 1950)

Concierto para violín y orquesta de instrumentos de viento, op. 12

(1924) – 30′

I. Andante con moto
IIa. Notturno: Allegro un poco tenuto
IIb. Cadenza: Moderato – Vivace
IIc. Serenata: Allegretto
III. Allegro molto, un poco agitato

PAUSA 20′

OTTORINO RESPIGUI
(Bolonia, Italia 1879 – Roma, Italia 1936)

Huntingtower, P. 173

Balada para banda – (1932) – Arreglos de Franco Cesarini – 8′

Pinni di Roma

(Los pinos de Roma) – (1924) – Arreglos de Ton van Grevenbroek – 26′

I. I pini di Villa Borghese (Los pinos de Villa Borghese)
II. Pini presso una catacumba (Pinos cerca de las catacumbas)
III. I pini del Gianicolo (Los pinos de Janículo)
IV. I pini della Via Appia (Los pinos de la via Apia)

PEDRO SOSA
(Requena, España 1887 – 1953)

Lo cant del valencià

(1914) – 5′

Con la participación de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya i alumnes y professorado de la Escola Superior de Música de Catalunya.

BANDA MUNICIPAL DE BARCELONA

Vlad Stanculeasa, violín

José R. Pascual-Vilaplana, dirección

CLARINETES Manuel Martínez, solista / José Miguel Micó, solista / Natalia Zanón, solista / Joan Altadill /Juan Bautista Faubel / Victoria Gonzálvez / German Guillén / Montserrat Margalef / Antonio Santos / Joan Tormo  / Alexandre Escrivà* / Jorge Iznardo* / Rubén Raimundo* / Clara Vilanova* / Javier Vilaplana, requinto / Martí Guasteví, clarinete alto / José Vicente Montesinos, clarinete bajo / Alejandro Castillo*, clarinete bajo · SAXOFONES Maurici Esteller, soprano / Dani Molina, alto solista / Marta Romero, alto / Armand Franco, tenor / José Jaime Rivera, tenor / Joan Soler, barítono · FLAUTAS Manel Reyes, solista / Elisabeth Franch* / Ana Belén Sánchez* / Paula Martínez, flautín · OBOES Pilar Bosque, solista / David Perpiñán / Carla Suárez, corno inglés · FAGOTS  Daniel Ortuño, solista / Xavier Cervera / Laura Guasteví*, contrafagot · TROMPAS Abdó Sancho, solista / Carlos Lizondo*, solista / German Izquierdo / Arantxa Portoles* / Catalina Terrasa* · TROMPETAS Y FISCORNOS Ramon Figueras, solista / Jesús Munuera, solista / Maurici Albàs / Santiago Gozálbez / Jesús Pascual / José Joaquín Salvador / Susana Marco* · TROMBONES Andrea Escrig*, solista / Gloria Atienza / Francesc Ivars / Francisco Palacios, bajo · BOMBARDINOS Rubén Zuriaga, solista / David Pantín  · TUBAS Francisco Javier Molina, solista / Toni Chelvi · CONTRABAJOS Enric Boixadós / Neus Camps* / Noemí Molinero* · TIMBALES Ferran Carceller, solista · PERCUSIÓN Mateu Caballé, solista / Ferran Armengol / Alejandro Llorens / Mario Garcia* / Miquel Vich* · ARPA Laura Boschetti*  · PIANO Jordi Farran* · CELESTA Ester Lecha*

DIRECTOR TECNICO Joan Xicola
COORDINADORA EJECUTIVA Susanna Gamisel 
ENCARGADA Montserrat Margalef
ARCHIVERO Àlex Fernández
SERVICIOS AUXILIARES Airun Serveis Culturals

*Colaborador/a

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por José R. Pascual-Vilaplana

Hace tiempo un compañero me preguntó si salir del territorio propio para estudiar era un acto de búsqueda o una huida. Esa pregunta me hizo reflexionar sobre la naturaleza del arte en la evolución de cada uno. En este sentido, hoy presentamos dos compositores coetáneos que, en su búsqueda, encontraron lugares divergentes para expresar su anhelo artístico. En 1924, hace cien años, ambos creaban dos partituras que reflejan entornos estilísticos y anhelos estéticos contrapuestos pero coexistentes.

Kurt Weill (Dessau, 2 de marzo de 1900 – Nueva York, 3 de abril de 1950) creció en el seno de una familia judía en la Sandvorstadt, el barrio judío de la ciudad, donde su padre era cantante.

Formado en Berlín, uno de sus grandes referentes fue el reconocido compositor y pianista italiano Ferruccio Busoni (1866-1924), que aceptó a Weill como uno de los cinco estudiantes de máster en composición en la Preußische Akademie der Künste. Busoni era (y es) todo un referente en la búsqueda de nuevos lenguajes, investigando con el sonido e incluso con la electrónica. Este deseo de novedad, sin embargo, lo lleva a renovar su música escénica, que le hizo muy popular (La ópera de los tres reales, Happy End…). El Konzert für Violine und Blasorchester (Concierto para violín y orquesta de viento) se escribió a principios de verano de 1924, poco antes de la muerte de su maestro Busoni. En ella hay una especie de pretensión de fuga técnica, sin perder la fidelidad estética. Fue estrenado en un concierto de la ISCM (International Society for Contemporary Music) en 1925. Este concierto influenciado por Stravinsky, Busoni o Mahler, fue analizado por el filósofo y musicólogo T. W. Adorno (1903-1969), quien dijo de él: “Weill renuncia así al realismo objetivo en favor del reino peligroso y surrealista que habita hoy. La pieza se encuentra aislada y ajena: es decir, en el lugar correcto”.

Ottorino Respighi (Bolonia, 9 de julio de 1879 – Roma, 18 de abril de 1936), formado en violín en su ciudad natal, fue un gran estudioso de la música italiana antigua, y su producción refleja una clara influencia del hecho musical anterior al clasicismo combinándolo con texturas y armonías propias del romanticismo de finales del siglo xix influenciadas por sus estudios con Rimski-Kórsakov en San Petersburgo.

Su obra original para banda más conocida es un pequeño poema sinfónico, Huntingtower, escrito por encargo del director estadounidense Edwin Franko Goldman y la American Bandmasters Association. La partitura fue lanzada en un concierto en memoria de J. Philip Sousa (1854-1932) en Washington D. C. en abril de 1932. El nombre de la obra hace referencia a una fortaleza del siglo xv perteneciente al clan de la familia Ruthven y que se encuentra en la ciudad escocesa de Perth. Respighi destila una armonía muy colorista y elaborada en esta partitura que describe su visita a este edificio tan emblemático.

El mismo año que Weill escribía el concierto que abre este programa, Respighi componía Pini di Roma (Pinos de Roma), el segundo de los tres poemas sinfónicos que dedica a la ciudad italiana entre 1917 y 1929, en compañía de Feste Romane (Fiestas romanas)y Fontane di Roma (Fuentes de Roma). En Pinos de Roma de nuevo encontramos una orquestación coloreada que evoca tanto la música medieval, de la que Respighi era un gran estudioso, como varias canciones populares infantiles, que aprendió de su mujer. Estrenada el 14 de diciembre de 1924 en el Teatro Augusteo, sus cuatro movimientos responden a descripciones programáticas que el propio Respighi escribe en la partitura. Así, en I pini di Villa Borghese (Los pinos deVilla Borghese) quiere hacernos escuchar a los niños que juegan a ser soldados bajo los pinares de esta casa perteneciente a una de las familias romanas más opulentas del siglo xvii. De repente, una sombra de los pinos que bordean la entrada de una catacumba levanta un sonido de lamento para Pini presso una catacomba (Pinos cerca de una catacumba). El tercer movimiento, I pini del Gianicolo (Los pinos del Janículo), nos describe, a la luz de la luna, el pinar de esta cima donde se encontraba el templo de Jano. Al final, Respighi pide que se reproduzca el sonido de un canto de pájaro grabado en este paisaje. Por último, I pini della Via Appia (Los pinos de la Vía Apia), nos describe, con una progresión armónica frenética, las pisadas de las legiones romanas que hacen temblar la Vía Sagrada que sube a la colina del Capitolio.

Weill y Respighi avanzaron con su búsqueda y, cuando encontraron lo que buscaban, pusieron en marcha nuevos caminos. Las bandas de música, a veces contra la naturaleza establecida, siguen buscando… o quizás huyendo…

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