ALBERT GUMÍ
(Barcelona 1965)

Danzas concertantes

para contrabajo solista y banda

(2023) – Estrena absoluta – 20′

1. Grotesca
2. Passacaglia 
3. Fandango 
4. Pavana
5. Burlesca

PAUSA 20′

GUSTAV HOLST
(Cheltenham, Reino Unido 1874 – Londres, 1934)

Los planetas, op. 32

(1914-16) – Arreglos de Geert Schrijvers – 55’

I. Marte, el portador de la guerra
II. Mercurio, el mensajero alado
III. Venus, el portador de la paz
IV. Júpiter, el portador de la alegria
V. Saturno, el portador de la vejez
VI. Urano, el mago
VII. Neptuno, el místico

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por Àlex Fernández

Durante el período de entreguerras, la banda de música se consolidó como propuesta sinfónica sólida y alternativa a la orquesta tradicional. En este proceso fue decisiva la contribución de algunos compositores británicos como Vaughan Williams, Benjamin Britten, William Walton y, sobre todo, la de Gustav Holst. De su catálogo escucharemos hoy la que quizá sea su pieza más emblemática: Los planetas.

Holst viaja a Mallorca en 1913 con unos pocos amigos. Cuando cae la noche, observan el cielo y el compositor encuentra fascinante todo lo que tiene que ver con la supuesta influencia del espacio exterior en la conducta y la vida humanas. Así, a su regreso a Inglaterra compra libros sobre astrología y adquiere habilidad en la lectura del horóscopo. Esta afición lo estimula y le sugiere músicas asociadas a los planetas y a sus rasgos astrológicos que acabarán por conformar una suite.

En Los planetas, Holst siempre juega con un concepto clave que para él es definitorio del planeta, y lo deja entrever en los títulos de cada movimiento. Así, si Marte –el portador de la guerra– es la fuerza irracional, expresada por un motivo ostinatode la percusión, la contundencia de los metales y un ritmo de cinco pulsos nada convencional, Neptuno –el místico– representa la inestabilidad, el límite de lo conocido hasta entonces, mediante la ausencia de una tonalidad clara. Si Mercurio –el mensajero alado– alude a la ligereza con un tempo vivo y con el uso del staccato, a Saturno –el portador de la vejez– lo asocia a un tempo lento, registros graves y un desarrollo pausado del tema principal.

Sin embargo, antes disfrutaremos de un estreno muy especial. No es muy frecuente que el compositor de un concierto conozca de forma tan especial al solista que lo interpretará. “Desde que, con cinco años, mi hijo Blai empezó a tocar el contrabajo, le escribo músicas que estrenamos juntos”, afirma el polifacético músico Albert Gumí. “Tener la ocasión de hacerlo con una entidad de prestigio como la Banda Municipal hace de este estreno un momento muy especial para nosotros”, asegura.

Danzas concertantes es un conjunto de cinco danzas que contrastan entre sí enlazadas sin pausa que pondrán a prueba la capacidad de la banda para dialogar con el contrabajo y que se presentan repletas de citas: “A lo largo de toda la partitura se encuentran unos cuantos homenajes musicales que hago a piezas que nos gustan a ambos, como el Concierto para violonchelo de Antonin Dvorák o la canción Singin’ in the Rain”, confirma el autor. El protagonismo será, pues, compartido entre la banda y el solista, que se enfrentará a notables retos técnicos en un recorrido de lo más personal.