NICOLÀ VICENTINO
(1511-ca.1575)

Musica prisca caput

Madonna, il poco dolce

(de L’antica musica ridotta alla moderna prattica, 1555)

MATEU FLETXA, EL JOVE
(1530-1604)

Sacro a Cibele

(de Il Primo Libro de Madrigali, 1568)

ORLANDO DI LASSO
(1532-1594)

Carmina Chromatico, quae audis

(de Prophetiae Sibyllarum, ca. 1550-1560)

Christe Dei soboles

(1579)

Timor et tremor

(1564)

MATEU FLETXA, EL JOVE

Alza doglioso canto

(de Il Primo Libro de Madrigali, 1568)

LUZZASCO LUZZASCHI
(ca. 1545 – 1607)

Lungi da te

CARLO GESUALDO DI VENOSA (1566-1613)

Tribulationem et dolore

O Vos Omnes

(versió de 1611)

Deus refugium et virtus

(de Sacrarum Cantionum Liber Primus, 1603)

LUZZASCO LUZZASCHI

Quivi sospiri pianti

La duración aproximada del concierto es de 65′

COMENTARIo

por Oriol Pérez i Treviño

UN MODELO DE RENACIMIENTO

Muchos ríos de tinta se han hecho correr sobre los orígenes de la ópera, que, para numerosos musicólogos, constituye una de las mayores contribuciones de la cultura occidental. Más allá, sin embargo, de la atribución de su “invención” a pioneros considerados como ‘alterados’ (Accademia degli Alterati), cabe decir que, antes de la creación de la ópera, hacia finales del siglo XVI e inicios del XVII, ya hacía años que en la música sucedían cosas que profetizaban la llegada de algo nuevo o, en palabras del teórico de la ciencia Thomas S. Kuhn (1922-1966), “un nuevo paradigma”. Estos cambios no vinieron propiciados solamente por los postulados y tratados de los teóricos –pongamos por caso la Camerata de Bardi–, sino también porque los músicos y cantores que representaban la parte de la práctica musical se replantearon sus objetivos y sus normas.

El concierto de hoy constituye una muestra de cómo, precisamente, el anhelo del humanismo musical precedió a la consecución del Renacimiento musical, un Renacimiento entendido como el movimiento cultural que quiso recuperar modelos y formas de la Antigüedad clásica. En efecto, cuando quiso recuperarse la tragedia clásica de los griegos, que acabaría dando lugar al nacimiento de la ópera, se hizo con un estilo y un lenguaje barrocos. En los siglos en que pintores, escultores y arquitectos quisieron expresarse “como los antiguos”, musicalmente se seguía desplegando la búsqueda de una música que expresara al máximo el texto que la sustentaba. Fue justamente la tendencia humanista la que llevó a la creación del género del madrigal, del que hoy podremos escuchar cuatro bellísimas muestras. Dos del terriblemente interesante Nicola Vicentino (1511-1572) y dos de nuestro Mateo Flecha el Joven (1530-1604).

Calificamos a Vicentino de terriblemente interesante porque a partir de la década de 1540 impulsó la recuperación de escalas cromáticas y enarmónicas a partir de la relectura de los antiguos. Así, por ejemplo, el madrigal latino Musica prisca caput, extraído del tratado L’antica musica ridotta alla moderna prattica (Roma, 1555), pretende demostrar los tres géneros armónicos usando para cada línea del texto las armonías diatónica, cromática y enarmónica. No estará de más recordar que, para el género enarmónico, el músico de Vicenza decidió dividir la octava musical en 31 sonidos, lo que dio lugar al nacimiento de la microtonalidad.

Flecha el Joven, por su parte, ya fue reconocido en su época, como demuestra la publicación de su Primo libro de madrigali (1568) en la ciudad de Venecia. De los 31 madrigales a 4 y 5 voces de este libro del creador oriundo de Prades (Baix Camp), podremos escuchar dos.

Junto a estas muestras profanas, sin embargo, en el concierto de hoy también encontraremos muestras de música religiosa que, obviamente, se vieron influidas por los hallazgos del género madrigalesco. Es el caso de Carmina chromatico, que, además de dar nombre al concierto de hoy, introduce la colección de las Prophetiae Sibyllarum de Orlando di Lasso (ca. 1532-1594), publicadas póstumamente y en las que utiliza un lenguaje musical rico en cromatismos que le aproxima al protoexpresionismo de algunas muestras de Carlo Gesualdo da Venosa (1566-1613), compositor hoy representado con dos motetes pertenecientes a la colección del Sacrarum cantionum quinque vocibus. Liber primus (Nápoles, 1603) y con el responsorio O vos omnes –que da nombre al conjunto vocal de Xavier Pastrana–, incluido en la colección de Responsoria (1611). Si el contexto social y geográfico de las obras de Gesualdo nos acercará a las particularidades de un príncipe de alto rango y al Nápoles religioso de principios del siglo XVII, el madrigal Quivi sospiri de Luzzasco Luzzaschi (1545-1607) nos trasladará a la corte de Ferrara. De ese mismo género escucharemos una muestra del Secondo libro de madrigali (Venecia, 1576, libro II) de Luzzaschi, basado en un fragmento del Canto III del Infierno de La divina comedia de Dante Alighieri (1265-1321). Y es que doscientos sesenta y cuatro años después de la muerte, en Rávena, del poeta florentino, su obra ya se había erigido en una referencia y un modelo. Un modelo de renacimiento.