JOHANN SEBASTIAN BACH
(Eisenach, Alemania 1685 – Leipzig, Alemania 1750)
Allein zu dir, Herr Jesu Christ, BWV 33 (n.º 1)
Liebster Jesu, mein Verlange, BWV 32 (n.º 1)
Er nahm alles wohl in acht, BWV 245 (n.º 30)
Meine Seele wartet auf den Herrn, BWV 131 (n.º 4)
Verleih uns Frieden gnädiglich, BWV 126.6
FELIX MENDELSSOHN
(Hamburgo, Alemania 1809 – Leipzig, Alemania 1847)
Wer nur den lieben Gott läßt walten (n.º 4)
Zum Abendsegen
Meine Seele dürstet nace
Richte mich, Gott, op. 78 n.º 2 Salm 43
Verleih uns Frieden gnädiglich
JOHANN SEBASTIAN BACH
Wer nur den lieben Gott läßt walten, BWV 93, (n.º 1)
Ich habe genug, BWV 82, (n.º 1)
In meines Herzens grunde, BWV245, (n.º 26)
Ein ungefärbt Gemüte, BWV 24 (n.º 1)
O Jesu Christ, meins Lebens Licht / BWV 118
Ein ungefärbt Gemüte, BWV 24 (n.º 6)
La duración aproximada del concierto es de 70’ sin pausa
SOLISTaS BECA BACH:
Elionor Martínez, soprano
Lara Morger, contralto
Ferran Mitjans, tenor
Oriol Mallart, bajo
Cor Bachcelona Akademie
SOPRANOS Arantza Prats, Saioa Goñi Maiza, Amalia Cuena y Clara Enrich / CONTRALTOS Jana Corominas, Lea Weinmann y Teresa Casuso Guinart / TENORES Héctor Ruíz, Marc Majó y Ferran Passola / BAJOS Lluís Arratia, David Guitart y Iago García
BACHCELONA CONSORT
OBOES Daniel Ramírez Escudero y Katy Elkin / PRIMEROS VIOLINES Alba Roca, Lídia Fernández, Mireia Vila Cejudo y Clara de Benito Forriol / SEGUNDOS VIOLINES Cati Reus, Maria Gil Perales, Clara Pardo Cortada y Georgina Muntadas Vera / VIOLAS David Glidden y Luis Manuel Vicente Beltrán / VIOLONCHELO Guillermo Turina y Yeji Seo / VIOLONE Andrew Ackermann / ÓRGANO Daniel Tarrida
COR PARTICIPATIU
SOPRANOS Orsi Csoma, Susanna Pariente, Anabel Margalef Alpert, Laia de las Heras, Estel Farré, Immaculada Mas Conde, Maria Goretti Mas Conde, Esther Domingo, Marta Fernandez, Dinna de Rosa, Marta Izquierdo, Begoña Alfaro San Emeterio, Maria Angeles Señor Boguñá, Conxita Santolaria, Cecile de Visscher, Valerie White, Júlia Torrado, Júlia Jaén, Elisenda Tortajada, Clara Alcobé López, Laia Escarrà, Mercè Balasch, Roser Salvat, Montserrat Mañé Artís, Montse Ferré, Mercè Duch, Glòria Fusté, Núria Roure, Maria Caselles / CONTRALTOS Anabel Castro Ricart, Reyes Milá Mencos, Maria Àngels Massana, Victoria Quintana, Judith González Banchs, Anna Cortada, Míriam Raventós, Reyes Núñez Castaín, Mercè Castany, Montse Garriga Pujals, Carmen Giró, Sílvia Garriga Pujals, Laura Ortega Adell, Gloria Vicens Hernandez, Arantxa Aliaga, Angelika Rank, Judith Hämmerling-Weinmann, Núria Soler i Pascual, Pilar Domingo Vendrell, Michèle Delloye, Raquel Solsona Aresté, Elena Senís Herrero/ TENORES Xavier Monsó, Carlos Moreira, Jose Luis Pagan, Juan Carlos Gómez, Josep Mª Ricart, Jordi Martínez Amor, Toni García, Josep Joan Centelles Serra / BAJOS Rafael Ferrer Coch, Miquel de Cáceres, Joan Martin Gurgui, Albert Rivero, Ramón Sabaté Ibarz, Francesc Casañas Artigas, Javier Calvo, Mark Powrie, Paul Jutsum, Ignacio Font, Roger Muntés, Xavier Delgado Escrigas, Rubèn Fernández Asensio, Eugeni Castells Oliveres, Joan Guixer
Lluís Vilamajó, dirección
Daniel Tarrida, Órgano
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por Berta Coll i Bosch
«No resulta difícil descubrir la belleza de las composiciones de Johann Sebastian Bach», escribió Felix Mendelssohn en enero de 1838, en una carta para el comité artístico del Festival de Música del Bajo Rin (Niederrheinisches Musikfest). Con estas palabras, Mendelssohn intentaba convencer a los encargados de la programación para que añadieran una pieza de Bach al repertorio del festival. Aunque cueste creerlo, a principios del siglo XIX Bach no era un compositor muy habitual en los programas de concierto ni ocupaba una centralidad tan indiscutible como ahora en el canon musical de Occidente. A su muerte en 1750, sus contemporáneos lo tenían por un buen compositor, con un dominio técnico impecable, pero su legado quedó sepultado bajo partituras más populares por entonces. El rescate de su obra lo debemos sobre todo a compositores de tendencias románticas, como Mendelssohn, que en 1829 redescubrió la Pasión según san Mateo de Bach con la Berliner Singakademie y, durante los años posteriores, reivindicó, admiró y estudió a fondo la obra del kantor de Leipzig.
Con este concierto, L’Auditori y el Festival Bachcelona quieren celebrar la complicidad entre Bach y Mendelssohn, dos compositores separados por un siglo que nos recuerdan que el arte es un juego de herencias, que componer significa dialogar con la tradición y que la yuxtaposición de piezas musicales casi siempre expande los sentidos. En el repertorio, justamente, encontramos dos parejas de composiciones en las que Bach y Mendelssohn toman los mismos versos sacros como punto de partida. La cantata Wer nur den lieben Gott läßt walten, BWV 93 de Bach y la cantata homónima de Mendelssohn beben de un himno de Georg Neumark que asegura que, si confías verdaderamente en Dios, las preocupaciones mundanas dejan de tener sentido. En el caso de la cantata coral Verleih uns Frieden gnädiglich de Mendelssohn y del sexto movimiento homónimo de la cantata Erhalt uns, Herr, bei deinem Wort, BWV 126de Bach, el texto original es un himno de Martín Lutero que exalta la palabra de Dios.
El grueso principal del programa está dedicado a los ciclos de cantatas que Bach compuso, como kantor de Leipzig, para acompañar al año litúrgico. Son composiciones polifónicas de un poder espiritual abrumador que conjugan movimientos corales, recitativos y arias con una gran coherencia, y que siempre buscan la mejor forma musical para enaltecer los versos litúrgicos. Desde el primer coral de la cantata Allein zu dir, Herr Jesu Christ, BWV 33hasta ciertas arias incluidas en cantatas como Liebster Jesu, mein Verlangen, BWV 32, Ich habe genug, BWV 82y Ein ungefärbt Gemüte, el programa despliega toda la fuerza expresiva de Bach, estrechamente ligada a la religiosidad, pero con una contundencia emocional que traspasa el contexto litúrgico. El repertorio también incluye los corales “In meines Herzens Grunde” y “Er nahm alles wohl in acht”, ambos de la emblemática Pasión según san Juan, BWV 245, y el motete fúnebre O Jesu Christ, meins Lebens Licht a modo de conclusión.
En cuanto a Mendelssohn, el repertorio escogido pretende mostrar la fascinación que sentía el compositor por la música de carácter religioso, que le llevó a escribir motetes, salmos y cantatas. «Últimamente he escrito mucha música sacra; tengo esa necesidad, al igual que algunas personas sienten el impulso de estudiar la Biblia o algún otro libro», escribía en junio de 1831 en una carta dirigida al barítono Eduard Devrient.