ANTONIO DE LITERES
(Artá, España 1673 – Madrid, España 1747)
Los Elementos
Ópera armónica al estilo italiano – (ca. 1705)
LA NOCHE
1. Coplas: Frondosa apacible estancia
2. Dúo y Recitado: Moradores de estas playas
3. A 4: Y así le festejen
4. Dúo y A 6: Pues reverentes aves le gorjean
5. Recitado: Y al rápido son de mi aliento
6. Arieta: Olmo apacible
7. Recitado: Mas si fuese la planta fugitiva
8. Arieta: Fuego encendido
9. Dúo y Recitado: Y pues soy el Agua
10. Recitado: El Aire soy, que aliento la armonía
11. Arieta: Surge halagüeña la esfera dorada
12. Recitado: No podrá, que en mis senos intrincados
13. Arieta: De flores vestida
14. A 4: Y en tan triste confusión
15. Arieta: Ay, Amor, ay, Amor
16. Tonada: Sienta, sienta la Tierra
17. Recitado: Mas en la oscura Noche
18. Arieta: Sedienta de influjos al Sol ha bebido
19. A 3: Iras fatales fulminan
COMIENZO DEL AMANECER
20. Recitado: Y aunque intente la fatiga
21. Arieta: Risueña el Aurora
22. Recitado: Y pues la luz del día que amanece
23. Arieta: Rompa la Tierra
24. A 4 con violines: Y sus acordes fragancias
25. Recitado: Y pues ya se desvían los vapores
26. Arieta: En brazos del Alba
27. Recitado: Deidades que en el monte bipartido
28. Arieta – A 4: Suenen los clarines
29. Tonada: Dormida fatiga
LA LLEGADA DEL SOL
30. Coplas: El moble diamante
31. A 4: Y pues Tierra, Agua y Aire
32. Recitado: Flores, aves, fuentes, ríos
33. Dúo: Y a la luz que madruga
34. Recitado: Mas ya se escucha el estruendo
35. A 4: Y así el canto de las aves
36. Coplas: Esfera copiosa
La durada aproximada del concert és de 70’
Forma Antiqva
Jorge Jiménez, violín / Daniel Pinteño, violín / Ruth Verona, violonchelo / Pablo Zapico, guitarra barroca / Jorge Muñoz, contrabajo
Aarón Zapico, clave y dirección
Jone Martínez, soprano (Aire y Aurora)
Serena Pérez, mezzosoprano (Tierra y Tiempo)
Pilar Alva martín, soprano (Fuego)
Soraya Méncid, soprano (Agua)
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por Eva Sandoval
La Tierra con flores,
el Fuego que anima,
el Viento, gorjeos,
el Agua, la risa.
Anónimo (libreto de la ópera Los elementos de Antonio Literes, ca. 1705)
Aprovechando la oscuridad de la noche, los cuatro elementos (Tierra, Fuego, Aire y Agua) debaten sobre quién es el más apropiado para sustituir al Sol. Mientras despliegan todas sus bondades, la Aurora, lamentándose por la disputa, pide ayuda al arrogante Tiempo, el cual, de manera implacable, hace que aparezca de nuevo el Sol y se despejen las dudas sobre quién es el astro rey. El orden y la armonía se restauran y todos los personajes celebran juntos la vuelta a la normalidad “cósmica”. Esta acción alegórica, repleta de evocaciones a la naturaleza y de referencias musicales en su libreto anónimo, es el argumento de la “ópera armónica al estilo italiano” titulada Los elementos(ca. 1705) del español Antonio Literes (1673-1747). Pero más allá de esta conversación entre personajes no humanos tan típica de la época barroca, se puede establecer una relación metafórica con la política del momento, ya que, en plena Guerra de Sucesión, ese Sol ausente que aparece al final de la obra podría representar a Felipe V, cuyo triunfo frente al archiduque Carlos de Austria por la corona española parecía ya bastante seguro.
Literes, oriundo de Artá (Mallorca), ingresó hacia los 15 años en el Colegio de Niños Cantorcicos de la Real Capilla de Madrid, la institución musical más prestigiosa de la época, a la que permaneció vinculado toda su vida. En 1693 ingresa en la capilla como violón, y durante toda esa década final del siglo XVII compone música para ella. Además, empieza a participar en la puesta en escena de obras teatrales en la corte con partitura de otros compositores coetáneos, hasta que él mismo destaca en la creación de zarzuelas, como Júpiter y Danae (1700), Acis y Galatea (1708) o El estrago en la fineza o Júpiter y Semele (1718), así como en la escritura de música sacra y de piezas paralitúrgicas. De hecho, ejerce como maestro de capilla interino tras el exilio de Sebastián Durón entre 1706 y 1716. Fallece en su domicilio de la calle Jacometrezo de Madrid en 1747. Fray Benito Jerónimo Feijoo se refería a Literes con estas elogiosas palabras en su Teatro crítico universal:
«Algunos extranjeros hubo felices en esto, pero ninguno más que nuestro don Antonio de Literes, compositor de primer orden y acaso el único que ha sabido juntar toda la majestad y dulzura de la música antigua con el bullicio de la moderna; pero en el manejo de los puntos accidentales es peculiar, pues casi siempre que los introduce dan una energía a la música correspondiente al significado de la letra, que arrebata. Esto pide ciencia y numen, pero mucho más numen que ciencia».
Literes escribió en Madrid, hacia 1705, Los elementos con el objetivo decelebrar el cumpleaños de la duquesa de Medina de las Torres, esposa del duque de Medina Sidonia, ambos partidarios de Felipe de Borbón. El estreno tuvo lugar en el contexto privado del palacio de los duques, de ahí su cualidad camerística. Aunque el propio compositor la definió como ópera, en realidad estamos ante una suerte de cantata escénica, madrigale rappresentativo, loa con música, o incluso, un auto sacramental. Desde un punto de vista musical, en la partitura confluyen la tradición hispánica con las novedades italianas, como ocurre en toda la producción del mallorquín. Las cuatro cantantes que dan vida a los seis personajes combinan recitativos y arias da capo típicamente italianos con formas de danza y estructuras de estribillo-copla propias de la tradición española. Junto a las voces encontraremos un nutrido bajo continuo y dos violines que, en palabras del director de la obra, Aarón Zapico, son los otros “cantores sin texto”.