MAURICE RAVEL
(Ciboure, Francia 1875 – París 1937)
“Alborada del gracioso”
“Une barque sur l’océan”
de Miroirs – (1904-1905)
ELISENDA FÁBREGAS
(Terrassa 1955)
Somnis Radiants
(2023)
JOHANN SEBASTIAN BACH (Eisenach, Alemania 1685 – Leipzig 1750)
FRANZ LISZT (Raiding, Austria 1811 – Bayreuth, Alemania 1886)
Preludio y fuga en la menor, BWV 543
(1708)
FRÉDÉRIC CHOPIN
(Zelazowa, Polonia 1810 – París 1849)
Scherzo n.º 1 en si menor, op. 20
(1831-32)
La duración aproximada del concierto es de 45′
Jaeden izik-dzurko, piano
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por Miquel Gené
El pianista canadiense Jaeden Izik-Dzurko se presenta en la Marató Emergents como flamante ganador del Concurso Internacional de Música Maria Canals 2022. El programa que nos propone se detiene en algunos de los autores más relevantes de la literatura pianística.
La influencia que la música de Johann Sebastian Bach ha tenido a lo largo de la historia lo sitúa en la cumbre del canon musical occidental. Un caso paradigmático de esta influencia lo podemos encontrar en el Preludio y fuga en la m, BWV 543, una obra que Felix Mendelssohn tocaba en su versión original para órgano, que sirvió de modelo compositivo a Johannes Brahms y que Franz Liszt y Clara Schumann presentaban regularmente en sus recitales de piano. En 1852, Liszt publicó su transcripción de una obra cautivadora por la profundidad emocional del preludio y fascinante por la compleja red de relaciones que las diferentes voces establecen en la fuga, que transita desde el reposo contemplativo hacia una explosión de sonido.
Los scherzi de Frédéric Chopin parten de la tradición de otro de los grandes nombres del canon, Ludwig van Beethoven. Chopin transformó el carácter del scherzo desde el humor afilado beethoveniano hasta la pasión demoníaca propia del Romanticismo. Sus cuatro scherzi comparten este pathos y una estructura ternaria en la que las secciones de los extremos contrastan con la sección central y provocan una colisión entre mundos opuestos. En el caso del Scherzo n.º 1, op. 20, este choque se produce también dentro de la primera sección, ya que combina estados de gran inquietud con una calma profunda. La sección central nos trae la paz prometida mediante dos melodías que se solapan, una de ellas extraída de un villancico polaco. La reexposición nos devuelve al ambiente salvaje del inicio y nos conduce a un final tormentoso.
En 1905, Maurice Ravel empezaba a cristalizar una innovadora forma de escribir para piano en la suite Miroirs. Izik-Dzurko nos ofrecerá dos de las cinco piezas que conforman esta suite. En “Une barque sur l’océan”, Ravel nos hace navegar a bordo de una pequeña barca por encima de la inmensidad de un océano imprevisible, que representa con arpegios, trémolos, glissandi y cambios repentinos de dinámica. “Alborada del gracioso”, por su parte, evoca la esencia sonora de una España que Ravel imaginaba a través de los recuerdos de su madre. La obra combina una sección enérgica, brillante y de acentuación cercana a la danza folclórica con la serenidad contemplativa de un recitativo que dialoga con su entorno.
Las interpretaciones de Izik-Dzurko durante el concurso Maria Canals resultaron brillantes y abrumadoras. Tanto, que la compositora catalana Elisenda Fábregas sintió el impulso de dedicarle una obra: «Me cautivó la sinceridad y profundidad de todas sus actuaciones y sus habilidades comunicativas». El resultado de esta impresión fue Somnis radiants, una composición basada en la luz y el color de la cual emanan sentimientos de calidez y luminosidad. Su textura contrapuntística surge del diálogo entre ambas manos del pianista, mientras que la dirección de intensidad se establece mediante el juego interválico, las variaciones entre el modo mayor y el menor y el desarrollo melódico y rítmico.