Per les salonnières, i no

ROBERT DE VISEE
(Francia 1650 – París 1733)

Livre de pieces pour la guittarre dedié au Roy

(1686)

Suite en re m

Prélude
Allemande
Courante
Passacaille
Bourrée
Gigue

FRANCISCO GUERAU
(Mallorca 1649 – Madrid 1722)

Poema Harmónico compuesto de varias cifras para el temple de la guitarra española

(1694)

Passacalles de primer tono, Compassilo -17 diferencias
Marionas – 18 diferencias
Pavanas – 12 diferencias

GIOVANNI PAOLO FOSCARINI
(Italia 1600-1647)

I quatro libri della chitarra spagnola

(1635)

Tocatta detta la inamoratta
Passacalli passeggiati
Corrente la Sprezzata
Toccatta musicalle detta la fedelle
Passacagli Passegiati sopra l’E
Corrente francese con le sue parti  doppie

FRANCESCO CORBETTA
(Pavía, Italia 1615 – París 1681)

La Guitarre Royalle

(1671)

Le Tombeau sur le mort de Madame d’Orleans
La Sarabande

GASPAR SANZ
(Calanda 1640 – Madrid 1710)

Instrucción de música sobre la guitarra española

(1674)

Pavanas por la D con partidas al Ayre Español
Jiga inglesa
Bailete Frances
Paseos por 4.º tono
Passacalle sobre la D con muchas diferencias para soltar una y otra mano

SANTIAGO DE MURCIA
(Madrid 1673 – 1739)

Codex Zaldivar n.4

(c.1730)

Fandango

GASPAR SANZ

Instrucción de música sobre la guitarra española

(1674)

Canarios

JOSEP MARIA MARTÍ DURAN
(Vilafranca del Penedès 1981)

Una Perica

COMENTARIo

por Antoni Llofriu-Prohens

A pesar de ser universalmente conocida como española, la guitarra es, y era ya en el siglo XVII, un instrumento internacional bien conocido por toda Europa, como nos muestra la diversidad del programa de hoy. Robert de Visée, en el prólogo de su libro para guitarra de 1686, ya nos hace saber que hay tanta gente que toca la guitarra y que el repertorio del instrumento es tan amplio que no está seguro de poder aportar ninguna novedad con sus piezas.

A finales del siglo XVI, la guitarra empieza a adquirir la relevancia que habían tenido hasta entonces el laúd y la vihuela, y desarrolla un lenguaje propio que se caracteriza por la incorporación del rasgueado (hacer sonar todas las cuerdas a la vez). Probablemente, en relación con esta nueva técnica, el lexicógrafo Sebastián de Covarrúbias se compadecía en 1611 de la popularización de la guitarra, que se usaba —según dice— para producir unos ruidos molestos que cualquiera podía hacer sonar. Este nuevo recurso puede considerarse el elemento distintivo del idiomatismo de la guitarra, que permite tocar los acuerdos de manera más rítmica. Se trata de una nueva sonoridad que, combinada con la técnica del punteado (tocar las notas una por una), dota al instrumento de una gran versatilidad con respecto al timbre y la intensidad. Una nueva concepción del instrumento que se desarrolla paralelamente a las nuevas necesidades estéticas que pedía el Barroco.

Aunque lo entendemos como un instrumento eminentemente popular, el hecho de que se imprimieran partituras para este instrumento nos indica que generaba un gran interés entre la nobleza y la burguesía, tal como había sucedido con sus antepasados. Tanto es así que algunas de las partituras protagonistas del concierto de hoy están dedicadas a reyes. Los dos libros de Francesco Corbetta titulados La guitare royale están dedicados a Carlos II de Inglaterra (1671), que —según parece— era un gran entusiasta de este instrumento, y a Luis XIV de Francia; al mismo monarca Robert de Visée también dedica su libro de 1682.

El repertorio de hoy nos muestra la doble dimensión culta y popular de la guitarra. Encontramos danzas, algunas planteadas como piezas solas y otras entendidas en el contexto de una obra en varios movimientos, como es el caso de la suite que abrirá el concierto. También oiremos piezas escritas en un lenguaje próximo al de la improvisación, como la tocata, el pasacalle o passacaglia y el paseo. Completa el programa un tombeau, una pieza muy habitual a finales del siglo xvii para conmemorar la muerte de un personaje representativo, en este caso por el traspaso de Enriqueta de Inglaterra, Madame la duchesse de Orléans.