MAURICE RAVEL
(Ziburu 1875 – París 1937)
Le Tombeau de Couperin
(1914-17) – Arreglos de Carlos Ramón – 21’
I. Prélude
II. Forlane
III. Menuet
IV. Rigaudon
Pavane pour une infante défunte
(1910) – 6’
PAUSA 20’
FRANK TICHELI
(Louisiana 1958)
Postcard
(1993) – 5’
WILLIAM FRANCIS MCBETH
(Texas 1933 – Arkansas 2012)
Kaddish, op. 57
(1976) – 7’
MARTIN ELLERBY
(Worksop, Inglaterra 1957)
Paris Sketches
(1994) – 15’
I. Saint-Germain-des-Près
II. Pigalle
III. Père Lachaise
IV. Les Halles
BANDA MUNICIPAL DE BARCELONA
CARLOS RAMÓN, DIRECCIÓN
CLARINETES José Miguel Micó, solista / Natàlia Zanón, solista / Joana Altadill / Valeria Conti / Àngel Errea / Victòria Gonzálvez / José Joaquín Sánchez / Antonio Santos / Alexandre Escrivà* / Ferran Garcerà* / Jordi Iznardo* / Laia Santamaria* / Clara Vilanova* / Maria Rubio*, requinto / Eduard Betes, clarinete alto / José Vicente Montesinos, clarinete bajo / Joan Tormo, clarinete contrabajo SAXOFONES Maurici Esteller, soprano / Dani Molina, alto solista / Marta Romero, alto / Armand Franco, tenor / José Jaime Rivera, tenor / Joan Soler, barítono FLAUTAS Manuel Reyes, solista / Carme Arrufat / Paula Martínez, flautín OBOES Pilar Bosque, solista / David Perpiñán / Carla Suárez, corno inglés FAGOTS Daniel Ortuño, solista / Xavier Cervera TROMPAS Oleguer Bertran, solista / Claudia Cobos, solista / German Izquierdo / Manuel Montesinos / Miguel Zapata TROMPETAS Y FISCORNOS Patricio Soler, solista / Maurici Albàs / Santiago Gozálbez / Jesús Pascual / José Joaquín Salvador / Susana Marco* TROMBONES Emilio Almenar / Francesc Ivars / Héctor Penades / Francisco Palacios, bajo BOMBARDINOS Rubén Zuriaga, solista / David Pantín TUBAS Toni Chelvi, solista / Pedro Sucías* CONTRABAJOS Enric Boixadós / Noemí Molinero TIMBALES Ferran Carceller, solista PERCUSIÓN Mateu Caballé, solista / Ferran Armengol / Alejandro Llorens ARPA Laura Boschetti* PIANO Jordi Farran*
DIRECTOR TÉCNICO Joan Xicola
COORDINADORA EJECUTIVA Susanna Gamisel
ENCARGADA DE LA BANDA Montserrat Margalef
ARCHIVERO Àlex Fernández
SERVICIOS AUXILIARES Airun Serveis Culturals
* Colaborador / a
comentario
por Anna Costal i Fornells
El pianista Ricard Viñes estrenó Pavane pour une infante défunte en la Sociedad Nacional de Música en 1902. No estaba dedicada a ninguna “infanta difunta”: el título respondía a un juego fonético, una repetición de palabras que compartían los mismos sonidos. Ravel compuso la obra a petición de la princesa de Polignac, organizadora de las soirées más selectas de París. El uso de danzas antiguas, como la pavana, fue un atractivo para los compositores de principios del siglo XX, un redescubrimiento del pasado que se transformaría en vanguardia musical: el Neoclasicismo. En 1910, y fruto del éxito de la partitura, el propio compositor publicó una instrumentación para pequeña orquesta.
Poco después, Ravel pensó en componer una suite de danzas antiguas también para piano. Sin embargo, el estallido de la Primera Guerra Mundial interrumpió su escritura. No llegaban noticias de los amigos que se encontraban en el frente, y las que lo hacían eran trágicas, como la de la muerte de Joseph de Marliave, marido de Marguerite Long, pianista y amiga del compositor. Cuando hubo terminado la guerra, fue voluntad del propio Ravel que Long estrenara la suite, titulada Le tombeau de Couperin, porque «nadie mejor que tú», le dijo por carta, «puede comprender mi terrible tristeza». Pese a las circunstancias, el estilo neoclásico de la partitura y la exploración de ritmos de danza exudan una música vital de las más celebradas del autor.
La segunda parte del concierto comienza con Postcard de Frank Ticheli, obra dedicada a Ethel Virginia Curry, madre de su amigo H. Robert Reynolds. La música es trepidante y está llena de juegos musicales: la melodía principal, por ejemplo, es un palíndromo –sonaría igual interpretada al revés, de derecha a izquierda– y también utiliza series de cinco notas a partir del nombre “Ethel”.
Kaddish,de W. Francis McBeth, es una obra escrita en memoria de J. Clifton Williams, profesor del compositor en la Universidad de Texas. El título remite a una oración judía de redención de los difuntos y la música destila los sentimientos por la pérdida de un amigo, pero acaba evocando la esperanza de la vida, con los latidos del corazón en los instrumentos de percusión que van in crescendo hasta el final de la obra.
Paris Sketches es un tributo a «una ciudad que amo», afirma Martin Ellerby, donde «cada movimiento rinde homenaje a un lugar de la capital francesa y a varios compositores que vivieron y trabajaron en ella». Ravel y el Barrio Latino inician la obra, el humor en forma de scherzo homenajea a Stravinski y a Prokófiev en Pigalle, el recuerdo de Satie conduce al cementerio de Père Lachaise, y los acordes del Te Deum de Berlioz resonando en el mercado de Les Halles cierran la obra de forma espectacular.
