JAN VAN DER ROOST
(Bélgica 1956)
Amazonia
(1990) 13’
JORDI FLAQUER FOREST
(Calella 1983)
N’Elisenda de Montcada
(2022) – Estrena absoluta – 15’
Texto de Dolors Montserdà i Vidal (1845-1919)
Obra ganadora del III Concurso Internacional de composición El cor canta para coro y banda sinfónica
PAUSA 20’
JOHN RUTTER
(Londres 1945)
Magnificat
(1990) – 42’
BANDA MUNICIPAL DE BARCELONA
Maria Hinojosa, soprano
El Cor Canta (Elisenda Carrasco, dirección)
José R. Pascual-Vilaplana, DIRECCIÓn
CLARINETES Manuel Martínez, solista / José Miguel Micó, solista / Natàlia Zanón, solista / Eduard Betes / Joan Estellés / Àngel Errea / Victòria Gonzálvez / Germán Guillén / Montserrat Margalef / Joan Tormo / Jordi Casas* / Alexandre Escrivà* / Ferran Garcerà* / Jorge Iznardo* requinto / Martí Guasteví, clarinete alto / Alejandro Castillo*, clarinete bajo · SAXOFONES Maurici Esteller, soprano / Dani Molina, alto solista / Marta Romero, alto/ Armand Franco, tenor / José Jaime Rivera, tenor / Joan Soler, barítono · FLAUTAS Carme Arrufat / Ana Belén Sánchez* / Paula Martínez, flautín · OBOES Pilar Bosque, solista / Maria José Meniz* / Carla Suárez, corno inglés · FAGOTS Daniel Ortuño, solista / Xavier Cervera · TROMPAS Oleguer Bertran, solista / Claudia Cobos, solista / German Izquierdo / Manuel Montesinos / Miguel Zapata · TROMPETAS Y FISCORNOS Patricio Soler, solista / Maurici Albàs / Santiago Gozálbez / Jesús Pascual / José Joaquín Salvador / Susana Marco* · TROMBONES Emilio Almenar, solista / Emilio Bayarri, solista / Francesc Ivars / Francisco Palacios, baix · BOMBARDINOS Rubén Zuriaga, solista / Adrià Cisneros* · TUBAS Toni Chelvi / Salvador Soler* · CONTRABAJOS Enric Boixadós / Noemí Molinero · TIMBALES Ferran Carceller, solista · PERCUSIÓN Mateu Caballé, solista / Ferran Armengol / Alejandro Llorens / Vicent Català* / Miquel Vich* · ARPA Laura Boschetti*
DIRECTOR TÉCNICO Joan Xicola
COORDINADORA EJECUTIVA Susanna Gamisel
ENCARGADA Montserrat Margalef
ARCHIVERO Àlex Fernández
SERVICIOS AUXILIARES Airun Serveis Culturals
* Col·laborador/a
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por José R. Pascual-Vilaplana
La catarsis que provoca el arte puede engrandecer el alma del ser humano. Ése es el poder y la revuelta del hecho artístico. Con la música encontramos un alimento adecuado para vivir y convivir.
La naturaleza ha servido en muchas ocasiones para inspirar obras artísticas, no solo pictóricas o literarias, sino también musicales. Es el caso de la exuberante Amazonia (1990). El maestro belga Jan van der Roost (Duffel, 1956), uno de los compositores más relevantes del panorama creativo y pedagógico para banda de los últimos cuarenta años, nos invita a una visión sonora de lo que es y de lo que significa el río Amazonas. La partitura consta de cinco secciones que corresponden a diferentes descripciones tanto de lugares como de personajes de aquellas tierras: desde las aguas curativas de “La laguna del Shimbe” en el norte de Perú, a las tribus aborígenes de los “Aguarunas”; la descripción de la imagen divina del “Mekaron”(‘esencia’) ola ceremonia iniciática “Kêêtuajê”de los indios krahô de Brasil; finalmente, la música rinde homenaje a la figura de “Paulino Faiakan”, el caudillo indio que viajó a Europa en 1988 para convencer a las autoridades de que detuvieran la construcción de la presa de Altamira, que estaba desplazando a varias comunidades indígenas de sus tierras. El arte al servicio de una causa humana y una denuncia por la libertad vital.
También para enaltecer la causa de los que luchan por sus semejantes, encontramos el poema de la feminista y escritora Dolors Monserdà i Vidal (1845-1919): N’Elisenda de Montcada. Versos musicados en una partitura que resultó ganadora del III Concurso de Composición El Cor Canta para coro y banda sinfónica, y que es obra del compositor de Calella Jordi Flaquer Forest (1983). Estos pentagramas que hoy se estrenan nos invitan a cuatro diferentes ambientes del poema original donde se describe la figura de Elisenda de Moncada (1292-1364), quien fue la última esposa del rey Jaume II y reina consorte de la Corona de Aragón. Fundadora del Monasterio de Pedralbes, su legado ha permanecido como un ejemplo de sencillez y servicio a los demás. La música del maestro Flaquer, para soprano solista, coro y banda, envuelve las palabras de la poetisa con una sencilla naturalidad y con un claro deseo de evocación sonora.
La figura de la Virgen María ha sido siempre relevante dentro de la liturgia del rito romano medieval gracias al Magnificat: el cántico de vísperas en honor de la Virgen. Muchos son los compositores que a lo largo de la historia han cantado a la Virgen: Palestrina, Monteverdi o Mozart, entre otros. Pero quizá sea el Magnificat de Johann Sebastian Bach el que ha dejado una huella más firme en muchos compositores actuales. Así se manifiesta en el Magnificat de John Rutter (Londres, 1945), uno de los compositores de música litúrgica contemporánea más interpretados en todo el mundo. Creador de un nutrido catálogo de oratorios, villancicos y otras piezas para coro y orquesta, quizá sea esta partitura que hoy se interpreta la que más relevancia le ha otorgado. Estrenado en el Carnegie Hall de Nueva York en 1990, el Magnificat de Rutter mantiene varios rasgos que lo unen a la obra de Bach, a pesar de tratarse de dos lenguajes muy diferentes. Como dice el crítico John Bawden: “Ambas piezas concluyen con una reiteración de la música de sus movimientos iniciales, ambas utilizan melodías gregorianas tradicionales del canto llano, y en ambas obras el foco se centra en el solista para los versos más reflexivos, mientras que el coro está llamado a ofrecer algún músculo vocal adecuado en secciones robustas”. Y, al igual que Bach añadió varios movimientos a la versión original de su Magnificat, también Rutter incorpora tres elementos ajenos al texto litúrgico, como son el poema del siglo XV “Of a Rose, a lovely Rose” (De una rosa, una rosa preciosa), el “Sanctus” del Ordinario de la misa y una antífona mariana, “Sancta Maria”. El propio maestro Rutter ha afirmado que su intención era escribir un Magnificat evocando el espíritu de las numerosas fiestas exuberantes celebradas en toda Europa en honor de la Virgen. De esta guisa, se escuchan ritmos enérgicos, sincopados y líricas melodías más cercanas, si cabe, a una estética de la música teatral que religiosa. De nuevo, Rutter nos demuestra su gran oficio al escribir para voces y al buscar una rica paleta de colores orquestales que hoy escucharemos traducida a banda por el maestro estadounidense Paul Noble.
Desde la espiritualidad del Amazonas a la del Monasterio de Pedralbes o a la del cántico litúrgico mariano, les proponemos hoy un viaje sonoro rodeados de la magnificencia de la música que describe y evoca, siempre con libertad para recibirla, como no puede ser de otra forma.