HENRI DUTILLEUX
(Angers, Francia 1916 – París 2013)
Trois Strophes sur le nom de Sacher
(1976) – 9′
I. Un poco indeciso
II. Andante sostenuto
III. Vivace
JOHANN SEBASTIAN BACH
(Eisenach, Alemania 1685 – Leipzig 1750)
Suite para violonchelo n.º 5 en do menor, BWV 1011
(1717-23) – 27′
I. Prélude
II. Allemande
III. Courante
IV. Sarabande
V. Gavotte
VI. Gavotte
VII. Gigue
PAUSA 15′
JÖRG WIDMANN
(Múnich 1973)
Melodie
(2019) 7′
Zoltán Kodály
(Kecskemét, Hungría 1882 – Budapest 1967)
Sonata para violonchelo en si menor, op. 8
(1915) – 30′
I. Allegro maestoso ma appassionato
II. Adagio (con grand’ espressione)
III. Allegro molto vivace
Nicolas Altstaedt, violonchelo
COMENTARIO
por Eva Sandoval
A SOLAS
Un recital para violonchelo solo es una estupenda oportunidad para apreciar la extraordinaria versatilidad y polivalencia del instrumento, y más aún cuando al mando se sienta un intérprete de la envergadura de Nicolas Altstaedt. El alemán ha preparado un programa muy enfocado hacia la modernidad, pero que, al mismo tiempo, rinde homenaje a las raíces bachianas del corpus para este instrumento en solitario.
La historia musical del s. XX no habría sido la misma sin la existencia del director de orquesta y mecenas suizo Paul Sacher. Cuando este cumplió setenta años, su amigo Mstislav Rostropóvich encargó a doce compositores piezas para violonchelo que tuvieran como tema principal la transliteración a notas musicales de las letras de su apellido: eS-A-C-H-E-Re (mi bemol, la, do, si, mi y re). Así nació la primera de las Trois strophes sur le nom de Sacher (Tres estrofas sobre el nombre de Sacher) (1976) del autor francés Henri Dutilleux (1916-2013), que posteriormente completó con otras dos secciones. El tríptico (Un poco indeciso, Andante sostenuto y Vivace) constituye un generoso muestrario de habilidades técnicas y expresivas teñido de una intensa melancolía.
Johann Sebastian Bach (1685-1750) escribió las suites para violonchelo solo en Köthen, entre 1717 y 1723, y marcó con ellas un antes y un después en la evolución del repertorio para el instrumento. La Suite n.º 5 en do menor, BWV 1011 es la más trágica del conjunto. La exploración del registro grave, desde el sofisticado Preludio inicial, le otorga una profundidad particular a la obra. La Alemanda prolonga la atmósfera de seriedad e inquietud hasta la Corrente, que aligera el discurso. El momento más sublime llega con la Zarabanda, cuya simplicidad y belleza parecen detener el tiempo. Las Gavotas I y II nos regalan un soplo de aire fresco que culmina en la amable y saltarina Giga.
Com a resultat d’un encàrrec de la Fundació Daniel Barenboim, el polifacètic Jörg Widmann (n. 1973) (clarinetista, director i compositor de primera línia internacional) va escriure Melodie el 2019. En les seves creacions, Widmann aconsegueix conjugar la contemporaneïtat amb les referències al cànon clàssic-romàntic d’encuny germànic. Aquest diàleg musical entre el present i el passat, fins i tot entre Occident i Orient, el trobem a Melodie, que potencia el registre líric de del violoncel.
Al igual que las suites de Bach, la Sonata en si menor, op. 8 (1915) de Zoltán Kodály (1882-1967) es otra de las piezas fundamentales del repertorio para violonchelo solo. En sus tres movimientos percibimos claras influencias de Debussy y Bartók, así como sonoridades y ritmos procedentes de la música popular húngara. El virtuoso Allegro maestoso ma appassionato, en forma de sonata, combina en su enérgico tema principal los acordes con el despliegue melódico. El Adagio con gran espressione es un lamento: el violonchelista, tocando con arco y pizzicato al mismo tiempo, simula un melancólico canto con acompañamiento instrumental. Con su furia motórica, el Allegro molto vivace desafía hasta el límite la destreza y la resistencia del intérprete para imitar distintos instrumentos populares, como el címbalo o las gaitas. Así, impregnada de folklore húngaro, concluye esta brillante y poderosa sonata.