KAIJA SAARIAHO
Helsinki 1952
Forty Heartbeats para orquesta
1ª audición - tiempo indeterminado
Two beats for two Daughters
Five beats for arredores nature
Five beats for life arredores os
Five beats for life force
Five beats for arredores cities
Four beats for three friends
One beat for a good night 's sleep with one beat in slow motion
Four beats for two times two sisters
Three beats for two instrumentos
One beat for life in os
First beat for being born
Three beats for three Composers
RICHARD WAGNER
Leipzig 1813 - Venecia 1883
Wesendonck Lieder
(1857-1858) - 25 '
Textos de Mathilde Wesendonck, orquestación de Felix Mottl
der Engel
Stehe still
im Treibhaus
Schmerzen
Träume
Anna Larsson, contralto
FELIX MENDELSSOHN
Hamburgo 1809 - Leipzig 1847
Sinfonía n. 4 en La, op. 90, "Italiana"
(1833) - 26 '
Allegro vivace
Andante con moto
Con moto moderato
Saltarello: Presto
Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña
Kazushi Ono, dirección
Anna Larsson, contralto
PRIMEROS VIOLINES Vlad Stanculeasa, concertino / Maria José Aznar / Sarah Bels / Walter Ebenberger / Ana Galán / Katia Novell / Natalia Mediavilla / Jordi Salicrú SEGUNDOS VIOLINES Alexandra Presaizen, solista / Jana Brauninger / Mireia Llorens / Melita Murge / Josep Maria Plana / Antoni Peña VIOLAS Duccio Beluffi *, solista invitado / Josephine Fitzpatrick, asistente / Franck Heudiard / Michel Millet / Andreas Süssmayr VIOLONCHELOS Jose Mor, solista / Lourdes Duñó / Marc Galobardes / Jean Baptiste Texier CONTRABAJOS Christoph Rahn, solista / Albert Prat FLAUTAS Francisco López, solista / Beatriz Cambrils OBOES Dolores Chiralt, asistente / José Juan Pardo CLARINETES Josep Fuster, asistente / Francisco Navarro FAGOTS Silvia Coricelli, solista / Noé Cantú TROMPAS Juan Manuel Gómez, solista / Joan Aragón / Juan Conrado García, asistente / David Bonet TROMPETAS Angel Serrano, asistente / Raúl Calvo * TROMBONES Gaspar Montesinos TUBA Daniel Martínez * TIMBALES Victor Segura * PERCUSIÓN Juan Francisco Ruiz / Francisco José Amado * ARPA Magdalena Barrera, solista PIANO Jordi Torrent *
ENCARGADO DE ORQUESTA Walter Ebenberger
RESPONSABLE DE DOCUMENTACIÓN MUSICAL Begoña Pérez
RESPONSABLE TÉCNICO Ignacio Valero
PERSONAL DE ESCENA Luis Hernández *
* Colaborador
COMENTARIO
por Joan Grimalt
los Cuarenta latidos de corazón de la compositora finlandesa Kaija Saariaho datan del 1998. La obra consta de 12 hojas sueltas, como una serie de brevísimos preludios que el director debe ordenar a su gusto, y que puede repetir o no, ad libitum. Cada hoja lleva un título, y este es el orden que ha decidido nuestro director titular: Dos latidos para dos hijas, Cinco latidos por la naturaleza de alrededor, Cinco más por la vida de alrededor, Un latido por haber nacido, Tres para tres compositores, Hasta sumar los cuarenta del título. Los 'latidos' se representan musicalmente, pero de maneras muy variadas, no siempre perceptibles en una primera audición. Saariaho muestra, una vez más, que la música de nuestro tiempo ha dejado atrás el hermetismo de ciertas vanguardias del siglo pasado. Al contrario, su obra parece una apuesta por recuperar la comunicación entre el compositor o compositora y los oyentes.
Richard Wagner compuso las canciones de Wesendonck mientras componía Tristán e Isolda. Mathilde Wesendonck, autora de los poemas, era la mujer de un mecenas de Wagner. Las cinco canciones se suelen interpretar juntas, y en el orden de esta primera edición (1862), pero no se consideran ningún ciclo, porque no tienen un sentido narrativo global ni elementos temáticos que las vinculen entre ellas. La obra, eso sí, se puede escuchar como un compendio de topoi musicales tradicionales. A El ángel, La referencia a una 'cuerda pulsada' -suggerida con arpegios típicos del laúd o la guitarra- sirve para situar la pieza en un ámbito íntimo, como en una de las confesiones líricas tan frecuentes en la poesía del siglo XIX. Reposa! representa musicalmente el paso de un desazón tormentoso en la serenidad de un himno a la naturaleza, pasando por el encuentro amoroso, que se reviste de ritmos y sonoridades pastorales. En el invernadero presenta la versión melancólica de aquel mundo pastoral: aquella que, en la literatura clásica, se lamenta por un pasado irrecuperable. En este diálogo sombrío con una planta transferida a un mundo que no es el suyo, la canción presenta numerosos detalles descriptivos. A dolores, Una meditación sobre el valor del sufrimiento se encarna en el estilo arioso emblemático de Wagner desde las primeras óperas: entre el recitativo y el aria, sirviendo el texto por encima de todo. La canción culmina triunfalmente. finalmente, sueños vincula el sufrimiento y la muerte con la evanescencia de lo que soñamos. Para mostrar esto, ya desde la introducción instrumental, el pianto con que tradicionalmente se representaban los 'lamentos' sirve aquí para musicar la palabra Träume ( 'Sueños').
Felix Mendelssohn emprendió una gira por Europa de dos años y medio (1.829 a 1.831). Sus padres pensaban que le sería provechoso para su aprendizaje vital y artístico. Él, efectivamente, aprovechó el viaje para profundizar en el estudio de la arquitectura, del arte y de la literatura clásicos; fue escribiendo cartas en casa en el que narraba sus impresiones, y además volvió a Berlín con tres obras en la maleta: la apertura Les Hèbrides, Concebida bajo la impresión de una isla al oeste de Escocia, y dos sinfonías, llamadas "Italiana" y "Escocesa". La "Italiana", que cierra el programa de hoy, era un encargo de la Philharmonic Society. El mismo compositor en dirigió el estreno en Londres en 1833. Más que con aspectos intelectuales, Mendelssohn relacionaba la obra con las experiencias que vivió en Italia en la 'naturaleza', este mito tradicional que, en el siglo XIX, adquiere una trascendencia casi religiosa.
El primer movimiento comienza haciendo referencia a la giga, la danza con la que se solían cerrar las suites barrocas, y más tarde las sinfonías clásicas. Desde el bello inicio, su energía desbordante deja al oyente sin aliento, aunque conozca la pieza. El tema secundario hay contrasta relativamente poco, pero añade la referencia a un dúo de instrumentos de viento-madera, como en una 'serenata' al aire libre. En la sección central -el desarrollo-, se añade un fugato como de otra época, en modo menor, que hace más luminosa la reanudación.
Parece que, para el segundo movimiento, Mendelssohn se inspiró en una procesión que se encontró en Nápoles. En contraste con el inicio, que parece representar una caminata colectiva de sabor arcaico, el segundo tema se gira hacia el mundo de los afectos individuales, a la esfera privada donde suelen tener lugar tantas manifestaciones poéticas y musicales, en época romántica.
En este mismo tono empieza el tercer movimiento, como trasladando el minué de regusto antiguo y aristocrático al lenguaje lírico contemporáneo. El tono es luminoso y amable. La sección central, el trío, contrapone dos elementos incongruentes. Un cuarteto de trompas y fagotes profiere unas llamadas que hacen pensar en el mundo del 'bosque' romántico alemán. Hay responden desvergonzados ahora los violines, cuando en cuando la flauta, como un personaje de comedia, lleno de socarronería.
El finale lleva Sobretítulos de "Saltarello", una danza rápida muy próxima a la tarantela cuyo nombre indica la forma en que se bailaba. Es frecuente que una obra cíclica como ésta comience en modo menor y termine en mayor. Aquí, sin embargo, se da el caso contrario: la obra se cierra en el mismo modo menor que el segundo movimiento había anunciado.
LETRAS
RICHARD WAGNER
Leipzig 1813 - Venecia 1883
Wesendonck Lieder (1857-1858)
Textos de Mathilde Wesendonck
Fünf Gedichte
1. Der Engel
In der Kindheit Früh Tagen
Huertos ich oft von Engeln Sagen,
Die diciembre Himmels hehre Wonne
Tausch mit der Erdensonne,
Dass, wo bang ein Herz in surja
Schmachtet vor der Welt verborgen,
Dass, wo still se will verbluten,
Und vergehn in Tränenfluten,
Dass, wo brünstig sein Gebet
Einziger um Erlösung fleht,
Da der Engel niederschwebt,
Und se sanft enero Himmel hebt.
Ya, se Stieg auch mir ein Engel nieder,
Und auf leuchtgendem Gefieder
Führt er, ferne Jedem Schmerzen,
Meinen Geist nun himmelwärts!
2. Stehe still!
Sausendes, brausendes Rad der Zeit,
Messer du der Ewigkeit;
Leuchtende Sphären im Weit All,
Die ihr umringt den Weltenball;
Urewige Schöpfung, halte doch ein,
Genug diciembre Werdens, Lass mich sein!
Halte han dicho, zeugende Kraft,
Urgedanke, der Ewig Schaffter!
Hemmet den Atem, stillet den Drang,
Schweigend nur eine Sekunde lang!
Schwellende Pulse, fesselt den Schlag;
Ende desde Wollens ewger Tag!
Dass in Selig Süss vergessen
Ich MOG alle Wonne ermessen!
Wenn Auge in Auge wonnig Trinken,
Seele ganz in Seele versinken;
Wesen in Wesen sich wiederfindet,
Und alles Hoffens Ende sich kündet,
Die Lippe verstummt in staunendem Schweigen,
Kein Wunsch mehr will das Innre zeugen:
Erkennt der Mensch diciembre Ewgen Spur,
Und Lost dein Rätsel, heilge Natur!
3. Im Treibhaus
Hochgewölbte Blätterkronen,
Baldachine von Smaragd,
Kinder ihr aves Fern Zonen,
Saget mir, warum ihr klagt?
Schweigend neiget ihr die Zweige,
Malet Zeichen in die Luft,
Und der Leiden Stumm Zeuge
Steiget aufwärts, Suiza Duft.
Weit in sehnendem Verlangen
Breitet ihr die Arme aves,
Und umschlinget wahnbefangen
Oder Leere nichtgen Grados.
Wohl, ich weiß se, arme Pflanze;
Ein Geschicke Teil wir,
Ob umstrahlt von Licht und Glanze,
Unsre Heimat ist nicht hier !,
Und wie Froh die Sonne scheidet
Von diciembre Tages leer Schein,
Hüllet der, der wahrhaft leidet,
Sich in Schweigens Dunkel ein.
Stille wird s, ein säuselnd Weben
Folleto bang den Dunklin Raum:
Schwere Tropfen seh ich schweben
An der Blätter Gruner Saum.
4. Schmerzen
Sonne, weinest jeden Abend
Decir die schönen Augen rot,
Wenn im Meeresspiegel badend
Dicho erreicht der frühe Tod!
Doch erstehst in alter Pracht,
Glorie der düstren Welt,
Du am Morgen nieve erwacht,
Wie ein Stolz Siegesheld!
Ach, wie sollte ich da Klages,
Wie, mein Herz, sonido schwa dicho sehn,
Musso die Sonne selbst verzagen,
Musso die Sonne untergehn?
Und gebieret Tod nur Leben,
Geben Schmerzen Wonne nur:
O wie Dank ich, dass gegeben
Solche Schmerzen mir Natur!
5. Träume
Sag, Welch wunderbare Träume
Halt meinen Sinn umfangen,
Dass sie nicht wie Leere Schäume
Sind in odas Nichts vergangen?
Träume, die in Jeder Stunde,
Jedem Tage Schöner blühn,
Und mit ihrer Himmelskunde
Selig durch Gemüte ziehn!
Träume, die wie hehre Strahl
In die Seele sich versenken,
Dort ein Ewig Bild zu Malen:
Allvergessen, Eingedenken! Frühlingssonne
Träume, wie wenn
Aus dem Schnee die Blut küßt,
Dass zu nie geahnter Wonne
Sie der neue Tag begrüßt,
Dass sie wachsen, dass sie blühen,
Träumend Spenden ihren Duft,
Sanft año Dein Brust verglühen,
Und dann Sink in die Grufties.
LETRAS
RICHARD WAGNER
Leipzig 1813 - Venecia 1883
Wesendonck Lieder (1857-1858)
Textos de Mathilde Wesendonck
cinco poemas
1. El ángel
En los días lejanos de la infancia
oyó hablar a menudo de ángeles
que cambiaban las sublimes delicias celestiales
por el sol de la Tierra,
donde un corazón inquieto y angustiado
languidecía escondido del mundo,
y quería desangrarse tranquilo
y perecieron en un mar de lágrimas,
donde su oración ferviente
sólo pedía la salvación,
y un ángel bajaba y se la llevaba
dulcemente el cielo.
Sí, también para mí bajó un ángel
que con sus alas esplendorosas
Me alejo de cualquier dolor,
y llevó al cielo mi espíritu
2. Detengámonos os!
Murmurejant y zumbador rueda del tiempo,
medidora de la eternidad;
esferas luminosas del amplio infinito,
que marque la bola del mundo,
creación eterna, pararos sesión!
suficiente del devenir, dejadme ser!
Detengámonos os, fuerza generadora,
pensamientos primitivos, eternamente creadores!
Conteniendo el aliento, calmar el impulso,
callad sólo durante un segundo!
Polvo excitado, encadena tus latidos;
acaba, día eterno de la voluntad!
Que en un olvido dulce y sagrado
pueda apreciar todas las delicias!
Cuando los ojos beben deliciosos en los ojos,
cuando el alma en el alma se hunde totalmente;
cuando un ser se reencuentra en un ser
y se anuncia el final de toda esperanza,
los labios callan en silencio maravillado,
y ningún otro deseo surge de nuestro interior:
entonces reconoce el hombre la huella de la Eternal,
y pierdes tu enigma, santa naturaleza!
3. En el invernadero
Altos arcos de coronas de hojas,
Baldaquino de esmeraldas,
hijos de lejanas tierras,
decidme, de que se quejan?
Incline las ramas en silencio,
pintar signos en el aire,
y exhala un dulce aroma,
testigo mudo del dolor.
Hacia un lejano anhelo nostálgico
extended vuestros brazos,
y abracen llenos de ilusión
el horroroso nada de una yerma vacuidad.
Quizás, lo sé, pobres plantas,
compartimos un destino:
aunque aureolados por luz y esplendor,
no es aquí nuestra patria!
Y como el sol se despide contento
de la vacía claridad del día,
quien verdaderamente sufre
se sumerge en el oscuro silencio.
Hay silencio, una agitación murmurando
llena inquieto el oscuro espacio:
Veo flotar pesadas gotas
en el dintel verde de las hojas.
4. Penas
Sol, te lloran cada noche
tus bellos ojos rojizos,
cuando bañándote en el espejo del mar
te llega la muerte prematura!
Pero apareces con el antiguo esplendor,
gloria del mundo tenebroso,
cuando despiertas de nuevo por la mañana,
como un orgulloso héroe triunfador!
Ay, cómo podría entonces quejarme,
cuando, corazón mío, t'anhelo tanto?
Debe desanimarse el sol,
debe ponerse?
Y la muerte sólo infanta vida,
las penas sólo dan deleite:
Oh, como agradezco que la naturaleza
me haya dado estas penas!
5. Sueños
Dime, qué sueños maravillosos
tienen presos mis sentimientos,
que, como una vacía espuma,
no se han desvanecido en el páramo nada?
Sueños, que a cada hora y cada día
florecen más bellos,
y que con su anuncio celestial
penetran felices en mi espíritu.
Sueños, que como rayos sublimes
se sumergen en el alma,
para pintar allí una imagen eterna:
todo olvidado, todo presente!
Sueños, como cuando el sol primaveral
besa las flores sobre la nieve,
y saluda al nuevo día
con deleites más presentidos,
que crecen, que florecen,
que exhalan soñando su perfume,
apagan dulcemente en tu pecho,
y se hunden en la tumba
Traducción: Manuel Capdevila y Fuente