OCTAVI RUMBAU (Barcelona 1980), JOAN MAGRANÉ (Reus 1988), RAQUEL GARCÍA-TOMÁS (Barcelona 1984)
Tres elegies
para barítono y orquesta
(2023-24). Estrena, obra encargo de L’Auditori – 16’
1. Élégie d’après Liszt (Octavi Rumbau). Texto de Agustí Eura
2. Un sonet de Francesc Fontanella (Joan Magrané). Texto de Francesc Fontanella
3. Ara sí que ets divina (Raquel García-Tomás). Texto de Francesc Fontanella
Josep-Ramon Olivé, barítono
PAUSA 20’
GIUSEPPE VERDI
(Leroncole, Italia 1813 – Milán, Italia 1901)
Missa de Requiem
(1873-1874) – 83’
Requiem
Dies irae
Offertorio
Sanctus
Agnus Dei
Lux aeterna
Libera me
Joyce El-Khoury, soprano
Rinat Shaham, mezzosoprano
Andrei Danilov, tenor
Dmitry Belosselskiy, bajo
Orfeó Català
JOSEP-RAMON OLIVÉ, BARÍTONo
Joyce El-Khoury, soprano
Rinat Shaham, mezzosoprano
Andrei Danilov, tenor
Dmitry Belosselskiy, BAjo
ORFEÓ CATALÀ
ORQUESTRA SIMFÒNICA DE BARCELONA I NACIONAL DE CATALUNYA
LUDOVIC MORLOT, dirección
SOPRANOS: Elisenda Ardèvol, Laia Avilés, Mar Calvet, Aida Càmara, Afra Camós, Laia Canet, Mireia Carmona, Sandra Castelltort, Maria Chapman, Beatriz Cordero, Mariàngels Custal, Ariadna D’Ocon, Maite Estrada, Alba Fernández, Laura Fernández, Noemí Gallardo, Mar Giné, Lidia Guaras, Bethanie Hasberg, Georgina Jiballí, Berta Manresa, Carla Mateo, Núria Milà, Aroa Minerva, Júlia Molina, Imma Mostazo, Laura Musull, Elna Passola, Sofia Reis, Paula Ruiz, Sira Sadurní, Núria Subiràs, Iris Torregrossa, Mireia Valls, Marina Viñals, Maria Vives / CONTRALTOS: Tamar Aguilar, Alba Almunia, Judit Almunia, Cristina Arribas, Conxa Fernandez, Raquel Garcia, Lucía González, Tania Gonzalez, Judith Hämmerling, Natàlia Jimenez, Edith López, Mª Àngels Lorés, Maria Martin, Queralt Mitjans, Tania Mittendorf, Anna Muñoz, Gemma Planella, Irene Plass, Mar Pons, Olga Popova, Marta Porta, Teresa Puig, Irene Recolons, Sofia Roig, Anna Rosés, Isis Royo / TENORES: Antoni Agramont, Xavier Barron, Xavier Benitez, Lluc Bosque, Pere Cabero, Fabián Conesa, Xavier Cos, Jordi Ensenyat, Gerard Fusté, Carles Gonzalez, Alejandro López, Marc Majó, Carles Masdeu, Josep Lluís Moreno, Bernat Orriols, Guillermo Plazas, Oscar Puigardeu, Jordi Quelart, Joan Sans, Guillem Sedó, Martí Serrallonga, Oriol Ubach, Josep Velasco, Roger Vicens / BAJOS: Cristòfor Agudo, Arnau Aina, Benedikt Amann, Alejandro Arribas, Esteban Ballestar, Íñigo Berganza, Mathieu Bosi, Matías Bustos, Marc Canals, Jordi Cardona, Eloi Corral, Ferran Corral, Andreu Edo, Nil Esteve, Iago Garcia, Xavier Garcia-Moll, Albert Garriga, Guillem Gascón, Jordi Giné, José Ángel González, Pol Isern, Hirotoshi Kikuchi, Víctor Luis, Alex Martinez, Albert Pàmies, Gerard Pujals, Javier Rojo, Oriol Saladrigas, Arnau Segura, Joan Velasco
PRIMEROS VIOLINES Vlad Stanculeasa, concertino / Jaha Lee, concertino asociada / Sarah Bels / Walter Ebenberger / Lev Mikhailovskii / Katia Novell / Ivan Percevic / M. Pilar Pérez / Pau Andreu* / Paula Banciu* / Octavi Martínez* / Sei Morishima* / Eugènia Ostas* / Yana Tsanova* / Clara Vázquez* · SEGUNDOS VIOLINES Alexandra Presaizen, solista / Emil Bolozan, asistente / Jana Brauninger / Patricia Bronisz / Melita Murgea / Robert Tomàs / Vladimir Chilaru* / Antonia Escalas* / Daniel Gil* / Diédrie Mano* / Sergi Puente* / Inés Sanchís* / Arturo Seijo* / Marina Surnacheva* · VIOLAS Rumen Cvetkov*, solista invitado / Marc Charpentier*, asistente invitado / Christine de Lacoste / David Derrico / Josephine Fitzpatrick / Franck Heudiard / Sophie Lasnet / Miquel Serrahima / Jennifer Stahl / Andreas Süssmayr / Adrià Trulls / Oreto Vayá* · VIOLONCHELOS Charles-Antoine Archambault, solista / Joaquín Fernández*, asistente invitado / Blai Bosser / Irene Cervera / Lourdes Duñó / Vincent Ellegiers / Jean-Baptiste Texier / Irma Bau* / Carla Conangla* / Lluc Pascual* · CONTRABAJOS Christoph Rahn, solista / Apostol Kosev / Josep Mensa / Matthew Nelson / Anna Cristina Grau* / Nenad Jovic* / Noemí Molinero* · FLAUTAS Christian Farroni, asistente / Beatriz Cambrils / Ricardo Borrull, flautín · OBOES Rafael Muñoz, solista / Dolors Chiralt, asistente / Disa English, corno inglés · CLARINETES Pedro Franco*, solista invitado / M. Carmen García* / Alfons Reverté, clarinete bajo · FAGOTS Silvia Coricelli, solista / Noé Cantú / Thomas Greaves, asistente / Slawomir Krysmalski, contrafagot · TROMPAS Juan Manuel Gómez, solista / David Bonet / Pablo Marzal, asistente / Artur Jorge · TROMPETAS Mireia Farrés, solista / Andreu Moros / Ángel Serrano, asistente / Gabriel García* / David Guillén* / Miguel Herráez* / Aitor Muñoz* / Sergi Serra* · TROMBONES Gaspar Montesinos, asistente / Pablo Rodríguez* / Raúl García, trombón contrabajo · TUBA Daniel Martínez · TIMBALES Javier Eguillor*, solista invitado · PERCUSIÓN Joan Marc Pino, solista / Juan Francisco Ruiz / Ignasi Vila · ARPA Magdalena Barrera, solista
ENCARGADO DE ORQUESTA Walter Ebenberger
RESPONSABLE DE DOCUMENTACIÓN MUSICAL Begoña Pérez
RESPONSABLE TÉCNICO Ignasi Valero
PERSONAL DE ESCENA Luis Hernández*
*Colaborador/a
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por Jaume Radigales
DE LA MESSA DA REQUIEM DE VERDI A UN TRÍO ELEGÍACO A LA CATALANA
El concierto de hoy nos permitirá tomar contacto con tres piezas breves de sendos músicos catalanes: dos compositores (Joan Magrané y Octavi Rumbau) y una compositora (Raquel García-Tomás). Magrané y García-Tomás ya habían escrito juntos una ópera a cuatro manos (DisPLACE), y ahora se suman a Rumbau para gestar tres obras para barítono, con la misma orquestación e idénticos inicio y final (respectivamente, un acorde en La b y otro en Si b), con el nexo común de poemas del Barroco catalán, como son Francesc Fontanella (Magrané y García-Tomás) y Agustí Eura (Rumbau). La idea originaria es conectar las piezas con el espíritu de la Messa da Requiem de Verdi, si bien en esta ocasión los poemas escogidos tienen el amor como trasfondo. En el caso de García-Tomás, la pieza seleccionada lo ha sido para homenajear a su abuela Carmen, con motivo de la celebración del centenario de su nacimiento: una obra que lee la muerte como un proceso de aceptación de lo inevitable, como un canto a la memoria y a la vida eterna.
La música sacra –o litúrgica– existe desde que el Homo sapiens (y seguramente también algunas especies antecesoras) tomó conciencia de lo trascendente, y muy especialmente cuando empezó a buscar respuestas al gran misterio de la muerte, aunque, si hacemos caso de la Salomé de Oscar Wilde, el misterio mortuorio no es tan grande como el amoroso. Sea como fuere, la condición humana siempre ha considerado la muerte como un espacio de tránsito entre la vida y «ese país desconocido del que ningún viajero vuelve», por decirlo en palabras del príncipe Hamlet. Esta dimensión mistérica quizá se haga más llevadera si va acompañada de música, y por eso aún hoy acompañamos los rituales funerarios con “banda sonora”.
Parece que fue en el siglo XIII cuando el franciscano Tomás de Celano (discípulo directo y biógrafo de san Francisco de Asís) escribió el texto de la secuencia litúrgica de la misa de difuntos vigente hasta el Concilio Vaticano II (1962-1965): por un lado, se ruega por el descanso eterno de las almas de los difuntos y, por otro, se recuerdan las terribles circunstancias del juicio final y el castigo para quienes hayan infringido las leyes divinas. Fragmentos como el “Dies irae” son esenciales y constituyen el núcleo de aquel texto medieval de Celano, conocido en su conjunto como Requiem, en alusión a las primeras frases del poema: «Requiem aeternam dona eis, Domine» (Señor, concédeles el descanso eterno).
A partir de ahí, la historia de la música se llenó de misas de réquiem, con obras antológicas, sobre todo desde el siglo XVI, hasta nuestros días. A la música castellana de Victoria, Guerrero o Morales se añaden algunas composiciones del siglo XVIII de Michael Haydn y de Mozart, mientras que en el siglo XIX brillan con luz propia los réquiems de Cherubini, Fauré y Brahms. En el XX, el Réquiem de Berlín de Kurt Weill y el Réquiem de guerra de Britten, o incluso el Réquiem de Andrew Lloyd-Webber. Ocasionalmente, algunos autores han prescindido de la totalidad o de parte del texto de Celano para adentrarse en poesía ajena a él: es el caso de Brahms, Weill y Britten. Ni que decir tiene que, entre todos estos músicos que han abordado la misa de réquiem,ocupa un puesto destacado Giuseppe Verdi (1813-1901).
En 1868 falleció Gioachino Rossini. Verdi, que se encontraba en el punto álgido de la creación operística, planteó a varios colegas la posibilidad de escribir una misa de réquiem colectiva, reservándose para sí el “Libera me” conclusivo, que llegó a escribir.
El proyecto colectivo fracasó, y en 1873 Verdi retomó en solitario la idea de la misa, espoleado por la muerte de Alessandro Manzoni, novelista autor de I promessi sposi y una de las almas intelectuales del Risorgimento italiano, a quien finalmente el músico dedicaría la Messa da Requiem.
El resultado es una de las misas de difuntos más conocidas del repertorio sacro, junto a las de Mozart, Fauré y, en el contexto protestante, Johannes Brahms. Verdi la estrenó en la iglesia de San Marcos de Milán en 1874, aunque pronto se percibieron recursos teatrales (operísticos) en una obra estremecedora ante la idea de la muerte, escrita por un no creyente –es difícil discernir si Verdi era agnóstico o ateo– y anticlerical confeso, como demuestran los retratos de clérigos –cristianos o no– que pueblan la galería operística de Verdi.
La pieza es un verdadero monumento sinfónico-coral, además de ser una página comprometida para las partes reservadas a los solistas (soprano, contralto, tenor y bajo), con el colofón del “Libera me” conclusivo para soprano, orquesta y coro, que cita en un momento determinado el pasaje seguramente más conocido de la partitura, el “Dies irae” que abre la secuencia litúrgica. Con esta obra, el autor de La traviata plantea un viaje de la oscuridad a la luz con el uso simbólico de dos tonalidades: la de partida (la m) y la conclusiva (Do, relativo mayor de la m), sin alteraciones en la partitura y como metáfora de la pureza en el momento del tránsito definitivo: hemos dejado de serlo todo para convertirnos en nada (¿o no?).