ALISSA FIRSOVA
(Moscú 1986)

Die Windsbraut, op. 38

(2017) – 1.ª audició – 11′

EDWARD ELGAR
(Broadheath, Reuno Unido 1857 – Worcester, Reino Unido 1934)

Concierto para violonchelo y orquesta en mi mENOR, op. 85

(1919) – 26′

Adagio – Moderato
Lento – Allegro molto
Adagio
Allegro

Jean-Guihen Queyras, violonchelo

PAUSA 20’

FELIX MENDELSSOHN
(Hamburgo 1809 – Leipzig 1847)

Sinfonía n.º 3 en la mENOR, op. 56, “Escocesa”

(1842) – 43′

Andante con moto – Allegro un poco agitato
Vivace non troppo
Adagio
Allegro vivacissimo – Allegro maestoso assai

ORQUESTRA SIMFÒNICA DE BARCELONA I NACIONAL DE CATALUNYA

JEAN-GUIHEN QUEYRAS, ViolONChelo

gEMMA NEW, DIRECCIÓn

PRIMEROS VIOLINES Jaha Lee, concertino asociada / Raúl García, asistente de concertino / Sarah Bels / Walter Ebenberger / Ana Galán / Natalia Mediavilla / Lev Mikhailovskii / Katia Novell / Ivan Percevic / María Pilar Pérez / Jordi Salicrú / Aurora Zodieru-Luca / Ana Kovacevic* / Aria Trigas * · SEGUNDOS VIOLINES Alexandra Presaizen solista / M. José Aznar / M. José Balaguer / Jana Brauninger / Patricia Bronisz / Clàudia Farrés / Alzy Kim / Melita Murgea / Josep Maria Plana / Robert Tomàs / Paula Banciu* / Laura Pastor* / Yulia Tsuranova* · VIOLAS Vladimir Percevic*, solista invitado / David Derrico / Josephine Fitzpatrick / Frank Heudiard / Sophie Lasnet / Miquel Serrahima / Jennifer Stahl / Adrià Trulls / Irene Argüello* / Oreto Vayá* · VIOLONCHELOS  Charles-Antoine Archambault, solista / José Mor, solista / Blai Bosser / Irene Cervera / Lourdes Duñó / Vincent Ellegiers / Jean-Baptiste Texier / Blanca Gorgojo* · CONTRABAJOS Christoph Rahn, solista / Jonathan Camps / Apostol Kosev / Matthew Nelson /  Albert Prat / Nenad Jovic* · FLAUTAS  Christian Farroni, asistente / Beatriz Cambrils / Ricardo Borrull, flautín · OBOES Dolors Chiralt, asistente / José Juan Pardo · CLARINETES Josep Fuster, asistente / Francesc Navarro / M. Carmen Garcia* · FAGOTS Silvia Coricelli, solista / Noé Cantú / Thomas Greaves, asistente / Slawomir Krysmalski · TROMPAS  Juan Manuel Gómez, solista / Joan Aragó / Juan Conrado García, asistente solista / Pablo Marzal, asistente / Artur Jorge · TROMPETAS Mireia Farrés, solista / Adrián Moscardó · TROMBONES Gaspar Montesinos, asistente / Vicent Pérez / Raúl García · TUBA José Vicente Climent* · TIMBALES Luc Rockweiler · PERCUSIÓN Joan Marc Pino / Ignasi Vila / José Luís Carreres* / Miquel Àngel Martínez* / Francisco Montañés*  · ARPA Magdalena Barrera, solista · CELESTA Dolors Cano*

ENCAREGADO DE ORQUESTA Walter Ebenberger
RESPONSABLE DE DOCUMENTACIÓN MUSICAL Begoña Pérez
RESPONSABLE TÉCNICO Ignasi Valero
PERSONAL DE ESCENA Luis Hernández*

* Colaborador/a

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por Eva Sandoval

PASIÓN

“Ningún dios joven podría sentir mayor felicidad que yo ahora. Si tuviera una inmensa carga que llevar, qué alegría dejarla a un lado cuando te acercas, tú, mi único amor verdadero y mi eterna amada”. Oskar Kokoschka a Alma Mahler

La pasión mueve el mundo. El deseo, el fervor o el entusiasmo vehemente por algo o por alguien son los motores que nos permiten conseguir hechos extraordinarios. Ese ímpetu vital sobrevuela las tres obras del programa. La relación entre el pintor Oskar Kokoschka y la pianista y compositora Alma Mahler fue tan ardiente como turbulenta. Alissa Firsova se ha inspirado en ese tempestuoso vínculo para crear su Die Windsbraut (La novia del viento) que escucharemos hoy por primera vez en España. En el caso del Concierto para violonchelo,de Edward Elgar, estamos ante un apasionado lamento por su esposa Alice. Y es que, mientras el inglés escribía esta partitura, ella sufría una grave enfermedad que acabaría con su vida meses después.Por último, Felix Mendelssohn profesó una incombustible y paradigmática afición por viajar en busca de fuentes de inspiración. No en vano, dejó huella palpable de sus andanzas por Europa en obras como la Sinfonía n.º 3 “Escocesa”.

Cuando en 2001, con 15 años, ganó el Concurso de Jóvenes Compositores de los Proms de la BBC, la pianista, compositora y directora ruso-británica Alissa Firsova (n. 1986) se reveló como una de las promesas musicales más firmes del s. xxi. Actualmente, conforman su catálogo cincuenta obras en las que encontramos influencias literarias, pictóricas, cinematográficas o menciones a autores del pasado. En el caso de Die Windsbraut, op. 38, Firsova ha querido plasmar la fotografía sonora del cuadro del mismo nombre que Kokoschka pintó entre 1913 y 1914 representándose a sí mismo al lado de su amante, Alma Mahler. La versión original de la obra fue escrita para piano a cuatro manos en 2016. Al año siguiente, la autora orquestó la pieza por encargo de la Orquesta del Teatro Nacional de Mannheim, quien la estrenó dirigida por Alexander Soddy en diciembre de 2017. En palabras de la propia Firsova:

“En la apertura traté de imitar el susurro del viento, sobre el que los violines presentan el apasionado tema principal, repleto de grandes saltos que simbolizan los sentimientos inquietos y exasperados, mientras que los instrumentos de viento madera y metal interpretan el dramático torbellino de olas. Después, un tutti ‘enloquecido’, lleno de trinos y trémolos, refleja la unión triunfal de los amantes. Un solo de trombón, apoyado por un coral de los metales, anuncia el tema del amor de Oskar, contestado por Alma en las cuerdas. Los colores etéreos de la orquesta intentan capturar la luz bengalí que el propio Oskar describió en su pintura. Trinos espeluznantes se acumulan nuevamente en un estallido de tormenta: el tema del amor es interpretado por cuerdas y metales, mientras que el viento madera toca el tema principal alcanzando la culminación de la pieza”.

El 27 de octubre de 1919 se estrenó en Londres el Concierto para violonchelo en mi m, op. 85 de Edwar Elgar (1857-1934). En aquella prémiere el compositor estaba acompañado por su esposa Alice, quien fallecería en abril de 1920. Esta pérdida menoscabó su creatividad: “Ahora estoy solo y no veo la música como antes; no creo que pueda llegar a completar ni una obra nueva”. Durante sus siguientes catorce años de vida no logró finalizar ninguna página de envergadura, con lo que este concierto ha pasado a la historia como su último gran trabajo. Y es que Elgar sufría también graves problemas de salud. En marzo de 1918, con 61 años, fue operado de la garganta. El mismo día que abandonó el hospital pidió papel y lápiz para anotar el que sería el tema de apertura de este concierto, obra en la que trabajó durante el verano de 1919 en Sussex. Durante aquellos meses, Alice “parecía estar desvaneciéndose ante mis propios ojos”, en palabras del músico. Por otra parte, acababa de terminar la Primera Guerra Mundial, y el sufrimiento provocado por el conflicto había decepcionado profundamente al compositor. Así, su Concierto para violonchelo responde a una doble adversidad: una Europa que nunca volvería a ser la misma y el último verano que pasaría junto a su mujer.

Esta conmovedora partitura fue recibida, sin embargo, con una cierta frialdad en su época, y hubo que esperar a que violonchelistas como Pablo Casals, Paul Tortelier, Yo-Yo Ma y, especialmente, Jacquelin du Pré reivindicaran la obra. Comienza el “Adagio – Moderato” con un conciso e intenso recitativo del violonchelo seguido por un tema de carácter elegíaco en las violas. El protagonista del segundo movimiento “Lento – Allegro molto” es un impetuoso diseño del solista que recorre todo el registro del instrumento. En el “Adagio” se reduce la orquesta, lo que potencia el canto desgarrado del cello. El finale “Allegro” presenta un exigente solo que da entrada al tutti orquestal animado en ritmo danzable, pero el violonchelo recuerda una frase dolorosa del tercer movimiento que restituye el tono lamentoso. El concierto se cierra de forma simétrica con la introducción de aquel característico recitativo inicial del solista que la orquesta conduce a una vertiginosa resolución.

Con 20 años, en abril de 1829, un mes después de haber recuperado para la posteridad la Pasión según San Mateo de Bach, Felix Mendelssohn (1809-1847) se aleja por primera vez, sin la concurrencia de su familia, de la ciudad de Berlín, donde vivía desde los dos años, hacia Inglaterra. Al final de su primera estancia en Londres, decidió pasar las vacaciones de aquel verano en Escocia junto a su amigo íntimo Karl Klingemann. La visita a la capilla en ruinas del Palacio de Holyroodhouse en Edimburgo, donde, según sus propias palabras, “vivió y amó la reina María [I de Escocia]”, supuso el germen de su Sinfonía n.º 3 en la m “Escocesa”, op. 56,que concluyó en 1842. Así se lo escribió en una carta a su familia el 30 de julio de aquel año: “Creo que hoy he encontrado en esa vieja capilla el comienzo de mi Sinfonía Escocesa”.

La obra se estructura en cuatro movimientos sin solución de continuidad. La extensa introducción “Andante con moto” nos sumerge en una atmósfera oscura y melancólica gracias a su lírico tema y a una curiosa orquestación inicial con oboes, clarinetes, fagots, trompas y violas en divisi. La pasión latente desemboca en una suerte de galope anacrúsico en 6/8 que domina el “Allegro un poco agitato”, sección trufada de pasajes tormentosos combinados con fragmentos más calmados. El animado scherzo “Vivace non troppo” se abre con un presuroso diseño staccato de las cuerdas que puntúan fanfarrias de los vientos para dar paso al desenfadado tema principal arpegiado del clarinete. En este segundo movimiento se han querido ver reminiscencias del folklore escocés. Una lánguida y espiritual melodía quebrada en los violines primeros define el “Adagio”, cuyos monolíticos ritmos con puntillo se han vinculado con la trágica figura de la reina María. Por último, el “Allegro vivacissimo – Allegro maestoso assai” concluye de forma poderosa y enérgica la sinfonía en una vivaz batalla contrapuntística que se resuelve con un final triunfante y majestuoso.

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