FRANZ SCHUBERT
(1797 Viena, Austria – 1828)

SiNfonÍa n.º 8 en si menor, D. 759 “Inacabada”

(1822)

I. Allegro moderato
II. Andante con moto

ROBERT SCHUMANN
(1810 Zwickau, Alemania – 1856 Bonn, Alemania)

SiNfonía en sol menor, WoO 29 “Zwickauer” (versión de Leipzig)

(1832-33)

I. Adagio – Allegro – Adagio – Tempo primo – Un poco Andante – Tempo primo più moto – Più mosso
II. Andantino quasi Allegretto – Intermezzo quasi Scherzo: Allegro assai – Primo tempo del Andantino

PAUSA 20′

ANTON BRUCKNER
(1824 Ansfelden, Austria – 1896 Viena, Austria)

SiNfonía en re menor, WAB 100 “Nullte”

(1869)

I. Allegro
II. Andante
III. Scherzo: Presto – Trio: Langsamer und ruhiger – Presto
IV. Finale: Moderato – Allegro vivace – Andante – Allegro vivace

La duración aproximada del concierto es de 45 minutos para la primera parte y 45 minutos para la segunda

LE CONCERT DES NATIONS

Lina Tur Bonet, concertino

Manfredo Kraemer, asistente del concertino

PRIMEROS VIOLINES Sara Balasch / Elisabet Bataller / Juliano Buosi / Guadalupe del Moral / Noyuri Hazama / Ángela Moro / Catalina Reus / Guillermo Santonja / Paula Sanz · SEGUNDOS VIOLINES Mauro Lopes, jefe de segundos violines / Santi Aubert / Joanna Crosetto / Karolina Habalo / Maria Roca / César Sánchez / Alberto Stevanin / Paula Waisman / Margueritte Wassermann / Miren Zeberio · VIOLAS David Glidden, jefe de violas / Íñigo Aranzasti / Alaia Ferran / Fumiko Morie / Joël Oechslin / Núria Pujolràs / Iván Sáez / Nina Sunyer · VIOLONCHELOS Balázs Máté, jefe de violonchelos / Anastasia Baraviera / Evan Buttar / Candela Gómez / Dénes Karasszon / Sophie Lamberbourg · CONTRABAJOS Xavier Puertas, jefe de contrabajos / Laura Asensio / Peter Ferretti / Alberto Jara / Michele Zeoli · FLAUTAS TRAVESERAS Charles Zebley / Eleonora Bišćević · OBOES Josep Domènech / Gioacchino Comparetto · CLARINETES Francesco Spendolini / Joan Calabuig · FAGOTS Joaquim Guerra / Adrià Sánchez · TROMPAS Thomas Müller / Javier Bonet / Mario Ortega / Federico Cuevas · TROMPETAS Jonathan Pia / Davide Maiello · TROMBONES Elies Hernandis, alto / Frédéric Lucchi, tenor / Joan Marín, bajo · TIMBALES Riccardo Balbinutti

Luca Guglielmi, asistentE de dirección

Jordi Savall, dirección

COMENTARIO

por Jaume Radigales

SINFONISMO ALTERNATIVO

Cuando murió Beethoven (1827), al joven Franz Schubert le quedaba menos de un año de vida, Robert Schumann tenía diecisiete años y Anton Bruckner estaba a punto de cumplir tres. Junto a la figura de Johannes Brahms, los compositores citados forman parte del gran sinfonismo germánico heredero de Beethoven y que daría paso a la figura finisecular de Gustav Mahler. Sin embargo, lo que hoy escucharemos son esbozos o intentos de consolidarse como grandes autores sinfónicos en el panorama musical germánico del siglo XIX. Sinfonismo alternativo, para entendernos.

Schubert y Schumann: dos sinfonías inacabadas
Meticulosos con su obra e investigadores de la verdad en clave musical, tanto Schubert como Schumann y Bruckner vivieron pendientes del éxito o el fracaso de sus obras. El de Schubert, sin embargo, es un caso muy especial, porque la mayoría de sus grandes partituras o bien quedaron restringidas a un grupo de amigos (las célebres schubertiadas en las que se cantaban sus lieder) o bien arrinconadas en un cajón hasta que, años más tarde, fueron exhumadas y recuperadas para ser interpretadas en público.

Una de estas obras serían los dos movimientos que integran la octava de las nueve sinfonías del compositor vienés; la Sinfonía en si m, conocida como “Inacabada”, porque está formada tan solo por un allegro moderato y un andante con moto, a pesar de que existan los esbozos de un scherzo. Las razones por las que Schubert dejó la obra sin terminar son desconocidas todavía hoy, aunque la pieza fue interpretada en Viena en 1865, treinta y siete años después de la muerte del compositor.

El primer movimiento empieza con un inquietante pasaje para la cuerda recogido por el oboe y el clarinete. Un segundo motivo, en Sol, sirve como bloque de contraste al dramatismo inicial. Sin embargo, pronto las sombras vuelven a imponerse a lo largo de un movimiento que oscila entre la luz y la oscuridad. El andante con moto, en 3/8 y sobre la tonalidad inicial de Mi, también opta por la dialéctica entre tonalidades mayores y menores, con un uso magistral de la instrumentación, especialmente de los instrumentos de madera (oboe y clarinete).

Dicen que, en su lecho de muerte, Beethoven declaró que la genialidad planeaba sobre el joven Schubert. Lamentablemente, ni el primero vio los triunfos del autor de La bella molinera ni el segundo pudo ver estrenadas muchas de las obras que, con el tiempo, le convertirían en uno de los grandes autores del primer Romanticismo musical germánico.

También es una sinfonía inacabada la conocida como “Zwickauer”; es decir, “la de Zwickau”, que es la población donde había nacido Robert Schumann. Se gestó entre 1832 y 1833, cuando el músico tenía veintidós años. Y en noviembre de aquel 1832 ya presentó el primer movimiento en un concierto en la Gewandhaus de Leipizig antes de continuar trabajando. Sin embargo, solo dejó escritos dos movimientos, el presentado en Leipzig (allegro molto) y un andantino assai que en su parte central incluye un cambio de dinámica en forma de scherzo.

Los manuscritos hallados en 1972 que contenían el material que escucharemos hoy y esbozos para dos movimientos posteriores demuestran que la intención de Schumann era presentar una sinfonía en dos movimientos, aunque acabó abandonándola dada la inseguridad que sentía el músico como orquestador. Habría que esperar hasta 1841 para que el compositor abordara la primera de las cuatro sinfonías que harían de Schumann uno de los principales compositores para orquesta del Romanticismo alemán. Y sin embargo, el material completo de la inacabada Sinfonía en sol m revela ya los rasgos de un genio indiscutible de la música, a pesar de las nada disimuladas influencias del sinfonismo beethoveniano.

La “cero” de Bruckner
La figura de Anton Bruckner es sencillamente extraordinaria por su grandeza como ser humano y por la calidad de su obra artística. Oficialmente fue autor de nueve sinfonías –la novena y última, por cierto, también quedó inacabada–, pero la verdad es que escribió once. La primera, en 1863, como ejercicio y conocida como “00”. La siguiente sería la número 1 en do m (1865-1866); tras ella, la que hoy en día se denomina “Sinfonía 0” y que fue escrita en 1869. Por lo tanto, esta última es, en realidad, la tercera de las sinfonías gestadas por el músico austríaco.

Permanentemente inconformista, perfeccionista e insatisfecho de sus composiciones, Bruckner nunca estuvo contento con esta obra e incluso la tachó escribiendo un cero en la portada del manuscrito. Lo cierto es que no se tocó completa en público hasta 1924 (veintiocho años después de su muerte) y no es ninguna de sus obras más interpretadas. Pero no por eso vamos a decir que se trata de una obra fallida.

Al contrario, porque a lo largo de sus cuatro movimientos Bruckner despliega una cierta libertad formal, desmarcándose de los postulados clásicos de la sinfonía como forma y en la que la claridad expositiva de los temas que configuran los movimientos parecía ser una exigencia sine qua non. Toda una declaración de principios.

Notas del director

por Jordi Savall

Tres sinfonías fuera de lo común que nos acercan a la inmensidad de lo íntimo

Franz Schubert, Sinfonía en si m

Schubert compuso su sinfonía “Inacabada” en 1822, a los 25 años, y hoy en día, a pesar de su nombre, esta sinfonía es aceptada como plenamente completa gracias a la relación especial de unidad que se percibe entre sus dos movimientos: allegro moderato y andante con moto. Al musicólogo alemán Arnold Schering (1877-1941), esta unidad entre el allegro y el andante le pareció tan evidente e intencionada que «quiso ver en la sinfonía “Inacabada” un auténtico calco musical de su relato literario contemporáneo, también en dos partes, Mein Traum (Mi sueño), escrito por Schubert en la misma época (julio de 1822), para explicar el hecho de que la obra no estuviera terminada o, más bien, que no fuera completa […]». Sin llegar a este extremo, podemos decir que hasta ese momento –en su música sinfónica, al menos– Schubert nunca había creado una expresión musical tan adecuada de una de sus reflexiones más íntimas, formulada tres meses antes en Mein Traum:

Quería cantar el amor,
se transformaba en dolor,
quería cantar el dolor,
se transformaba en amor.

Robert Schumann, Sinfonía en sol m (WoO 29)

El primer movimiento de esta sinfonía “Inacabada” en sol m se estrenó el 18 de noviembre de 1832. Diez años después de la “Inacabada” de Schubert, y en una versión revisada, Schumann le añadió tres trombones. Hemos optado por interpretar la versión más completa de Leipzig, que comienza con una breve introducción lenta con un arpegio roto ascendente y finaliza con tres notas lastimeras del oboe, seguido del allegro a ¾, que inicia una exposición concisa y bella, completada por un desarrollo más intenso y expansivo. Antes de la recapitulación, se reanudan los arpegios del comienzo.

El segundo movimiento empieza con el heroico andantino en si m, interrumpido por un intermezzo quasi scherzo en Re, que según Brigitte François-Sappey nos «ofrece una sorprendente relación tonal con el movimiento inicial, y en el que su vehemencia casi heroica acentúa el carácter intuitivamente schubertiano de su sinfonía “Inacabada” (sinfonía desconocida por todos hasta 1865)». Unos años más tarde, el 14 de abril de 1839, [Schumann] escribirá a Heinrich Dorn: «Estoy tentado de aplastar mi piano; se ha vuelto demasiado pequeño para contener mis ideas».

Anton Bruckner, Sinfonía en re m “Nullte” (Cero)

Después de estas dos sinfonías juveniles de Schubert y Schumann, hemos optado por completar el programa con la maravillosa composición de una de las primeras y más interesantes sinfonías de Anton Bruckner: la sinfonía “Nullte” en re m. Cabe recordar que Bruckner empezó a componer sus primeras sinfonías en 1863 y 1864, cuando ya tenía más de 39 años, a diferencia de Schubert y Schumann, que compusieron las suyas con 25 y 22 años, respectivamente. La sinfonía “Nullte” en re m fue compuesta tras el impacto que le supuso escuchar Tannhäuser, entre octubre de 1863 y mayo de 1864, y fue revisada cinco años más tarde. En aquel momento, Bruckner, muy crítico consigo mismo, la llamó “Nullte” (Zero) y añadió la mención «no válida, solo es un ensayo». La obra no se interpretó íntegramente por primera vez en un concierto hasta al 12 de octubre de 1924, en Klosterneuburg.

Pese a los calificativos, esta sinfonía merece un lugar importante en la producción sinfónica de Bruckner, ya que contiene movimientos de extraordinaria potencia y gran lirismo, como el sublime andante, que adquiere la forma de una larga e intensa meditación, como bien señala Éric Chailler en su libro sobre Bruckner: «un magnífico motivo, en forma de coral, se despliega majestuosamente, al que responden los instrumentos de viento de madera que parecen planear por el cielo». El scherzo se desarrolla en dos partes extremadamente contrastadas: el presto, con el aire de un poderoso minueto lleno de energía y alegría, y el trío “Langsamer und ruhiger”, lleno de lirismo y poesía. La sinfonía concluye con un finale que alterna secciones muy líricas con partes muy enérgicas y tensas, que según Chailler finalizan «con una poderosa coda de una notable maestría contrapuntística, anticipando las grandiosas peroraciones posteriores».

Las tres sinfonías serán interpretadas con la formación instrumental y los instrumentos propios de la época en la que fueron creadas.

Jordi Savall
Basilea, 15 de septiembre de 2024

Este concierto forma parte del proyecto YOCPA, Young Orchestra and Choir Professional Academies, liderado por la Fundación Centre Internacional de Música Antiga CIMA, y que cuenta con la ayuda de la Unión Europea.

El proyecto ofrece oportunidades de formación y trabajo a nuevas generaciones de músicos. Esta formación se realiza a través de academias en las que se combina la labor pedagógica de músicos profesionales de gran trayectoria con el aprendizaje de músicos emergentes. Como parte de la instrucción práctica, estas academias también ofrecen la oportunidad de actuar con los conjuntos dirigidos por Jordi Savall, Le Concert des Nations, en diferentes salas de prestigio de Europa, además de la grabación de CD de los repertorios trabajados en las academias.

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